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lunes, 27 de junio de 2011

Sigue tu propio camino...


Una fábula del escritor libanés Mikail Naaimé puede ilustrar bien el peligro de seguir el camino de otros, por muy noble o hermoso que parezca ser:

-Tenemos que romper las cadenas de la esclavitud a la que el hombre nos tiene sometidos, le dijo un buey a sus compañeros. A lo largo de muchos años les hemos oído decir a los seres humanos que la puerta de la libertad está manchada con la sangre de los mártires. Vamos a descubrirla y entraremos allí con la fuerza de nuestros cuernos.

Caminaron durante días y noches por la carretera hasta que vieron una puerta toda manchada de sangre.

- He aquí la puerta de la libertad –dijeron-. Sabemos que nuestros hermanos fueron sacrificados ahí.

Uno tras otro, los bueyes fueron entrando. Y sólo una vez dentro, cuando ya era demasiado tarde, acabaron dándose cuenta: aquella era la puerta del matadero.

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