El desarrollo humano se da de tal manera que pasada una etapa, ya no
podemos volver atrás. Una de las grandes dificultades que presentan las
relaciones de pareja hoy en día es que queremos conservar al niño y al
adolescente dentro de la relación, y esto no es posible. Las relaciones de
pareja son exclusivas de las personas adultas.
Un
ejemplo claro de esto, es el nacimiento de un hijo. El vientre materno es el
hogar más hermoso para el bebé que allí lo tiene todo, pero llega un momento en
el cual el hijo no logra sostenerse más tiempo dentro del útero y tiene que
nacer. Lo mismo pasa con la infancia y
la juventud. Una vez pasadas, son pasadas y para que la siguiente etapa pueda
darse, hay que morir a la anterior. La relación con la pareja permite que
veamos las zonas que mantenemos infantilizadas.
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