Antes de
comenzar a meditar sentí que tenía dos ventajas: era de la India y, debido a mi
formación médica, había investigado los beneficios de la meditación en la
salud. Así que cuando pienso en las cinco cosas que me gustaría haber
sabido hace 30 años, pienso en que el tema debería ser "cosas que desearía
que todos supieran"
1. La meditación es natural. No es algo
exótico que se importa del oriente ni los valores culturales del oriente.
2. La meditación es sobre la mente, el
cuerpo, y el espíritu como un todo continuo, y no tres cosas separadas.
3. Los beneficios de la meditación tal vez
son más profundos de lo que imaginamos. La actividad genética responde a la
meditación de manera muy rápida y sustancial.
4. La meditación saca a la luz el verdadero
yo que yace en el núcleo de cada persona.
5. EL estado de conciencia pura que se
alcanza a través de la meditación es el estado fundamental de todo.
No es que yo
ignorara por completo estas cosas. Hace tres décadas, la conexión mente-cuerpo
estaba emergiendo con rapidez, y la investigación daba sustento a las
experiencias que antes se habían desechado por ser subjetivas, religiosas,
ajenas a los valores occidentales, o por ser pura fantasía. Pero sí asumí,
erróneamente, que la meditación era algo que llevaba en la sangre por ser de la
India, y por ello estaba en mi “naturaleza”, en tanto que mis amigos de
Occidente que meditaban tenían que hacerlo como quien está aprendiendo a
conducir, por así decirlo.
Mientras echan
un vistazo a las cinco cosas que menciono, es probable que su importancia varíe
dependiendo de sus antecedentes, el tiempo que llevan meditando, y otros
factores personales que sólo aplican en su caso particular. No obstante, hay un
factor común en la lista: Existe una realidad oculta en la conciencia
humana.
Usé un término
bastante neutro, el verdadero yo, para que esta realidad oculta no se confunda
con varias tradiciones religiosas. En las antiguas tradiciones de sabiduría del
mundo, siempre existe un contraste entre dos estados de conciencia. El primero
es el estado de dualidad o separación. El segundo es el estado de totalidad o
unidad de conciencia.
En términos
generales, la separación es natural, porque la realidad a la que nos
enfrentamos de manera cotidiana está compuesta de opuestos: bueno y malo, luz y
oscuridad, placer y dolor, etc. Nuestras mentes están condicionadas para
“resolver” la dualidad al elegir el lado preferible de cada opuesto. Por lo
tanto, tratamos de ser personas buenas, éticas, que se rigen por los valores
humanos. Pero de alguna manera, el estado de separación perpetúa el
sufrimiento, sin importar lo buenos, puros y bien intencionados que seamos.
Por
tal motivo, durante miles de años ha habido tradiciones de sabiduría que dicen:
“La separación está dada si eliges permanecer en un cierto estado de
conciencia. Te parece natural porque aceptas que la mente es lo mismo que el
contenido de la mente: todos los pensamientos, imágenes, deseos, y sensaciones
que llenan tu cabeza. Pero esta actividad se lleva a cabo en un contexto que es
silencio, totalidad, y está libre de sufrimiento. Éste es tu verdadero yo,
cuando llegas ahí, la totalidad es tan natural como la separación".
En cada
tradición, esta promesa de un estado de conciencia más elevado es central. En
el lenguaje moderno, la conciencia es como una pantalla de cine en la que se
puede proyectar una película. Sin importar qué ocurra en la película, la
pantalla no se ve afectada. Por lo tanto, cada persona puede elegir entre el
“yo” que está en el centro de la constante actividad o el “yo” que es
consciencia.
Los cinco cosas que he incluido en la lista son cosas que
comprendemos a nivel básico, podríamos decir, que le permiten a nuestra mente
ver otra cara de sí misma, incluso aunque se encuentre inmersa en la dualidad y
en el juego de los opuestos. Esto es lo principal y lo más valioso, ver
una apertura hacia la totalidad.
Cuando comencé
a meditar, y hasta cierto punto hoy en día, me parecía evidente que la gente se
resista a comenzar la práctica salvo que ésta ofrezca incentivos que resulten
atractivos para el yo separado, o ego. Esto, sin duda, es válido. Existen
cientos de estudios que han comprobado los beneficios de la meditación para la
mente-cuerpo.
En el otro extremo de la balanza, otras personas se
sienten motivadas a empezar sólo para volverse puros espiritualmente y
mejorarse a sí mismos. Esto también es válido, pero de una forma muy sutil
coloca al espíritu en una posición privilegiada, por encima de la mente y el
cuerpo.
La verdad es que la totalidad no se logra como si se armara un
rompecabezas, con sólo ensamblar un conjunto de piezas. La totalidad
es un estado por sí mismo. Si no fuera así, cualquiera podría venir y separar
el rompecabezas que has armado con tanto cuidado. Pero al ser un estado
por sí mismo, la totalidad o unidad de conciencia es el estado fundamental del
ser. Es el vientre de la creación, la única “cosa” real de la que se crearon el
mundo “interior” y el mundo “exterior”.
Por lo tanto, la meditación es
misteriosa en cuanto a su capacidad de transformar a alguien, porque sin
importar el daño que haya causado el estado de separación, tanto en lo personal
como en lo social, cada uno de nosotros es un todo inseparable. ¿Cómo se puede
ser completo y no saberlo? Tal es el misterio que presenta la meditación. Al
mismo tiempo, presenta la respuesta al misterio: la totalidad es el terreno
silencioso de la existencia y por ende no se puede conocer como una cosa, de la
manera en la que conocemos otras cosas, como las piedras, las nubes, y los
árboles.
Cuando la
conciencia está consciente de sí misma, está completa. Cuando la conciencia se
centra en un objeto, ya sea “adentro” o “afuera”, el estado de totalidad se
disfraza. Te vuelves observador de algo que parece estar fuera de ti mismo. En
realidad, el universo entero existe en conciencia; por lo tanto, toda
experiencia yace en ti.
Saber y
entender esto habría sido demasiado pedir para mí cuando comencé a meditar.
Mirando hacia atrás, con la conciencia de que la meditación ha creado a lo
largo de los años, agradezco el proceso que lleva a toda persona desde la
separación a la totalidad. La vida se ha reducido a una elección, y al meditar,
la elección de estar completo se da naturalmente.
Deepak Chopra, M.D.
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