Los problemas de aprendizaje y de rendimiento escolar tan comunes
hoy día, dejan frustrados y cansados tanto a los maestros como a los padres,
que frecuentemente no pueden comprender cómo, a pesar de todos sus esfuerzos,
no logran ayudar a los chicos a resolver dificultades de rendimiento, atención,
motivación o disciplina en las aulas.
Responsabilizarse (y a veces
culparse) mutuamente cuando no se alcanzan resultados positivos es una actitud
común en ambos grupos. Desde las Constelaciones Familiares creadas por Bert
Hellinger, pedagogo y terapeuta, podemos encontrar creativas soluciones para
equilibrar sistemas y favorecer que cada persona esté en el lugar que le
corresponde, para desde allí realizar con éxito las tareas que le corresponden
con toda su fuerza.
La Pedagogía Sistémica es una
novedosa corriente educativa desarrollada por Angélica Olvera García, educadora
y consteladora familiar, que aporta una forma incluyente de mirar el proceso de
Enseñanza-Aprendizaje, aplicando al ámbito educativo los "Órdenes del
Amor" descubiertos por Bert Hellinger.
Para Angélica la Pedagogía Sistémica
es una manera diferente de mirar al proceso educativo, porque ve en los
problemas que expresan los alumnos, una profunda muestra de amor, una lealtad
incondicional a sus padres. Ella dice que incluir a las Familias en el proceso
de Enseñanza-Aprendizaje es fundamental.
La Pedagogía Sistémica genera
puentes entre la Escuela y la Familia, lo que requiere que los maestros tomen a
los padres en su corazón a la vez que contribuyen para establecer unos límites
claros, que permitan que el proceso tomar/recibir se realice correctamente .
Para aprender es necesario que
nos coloquemos como “pequeños” frente a alguien que tiene algo para darnos, y
que en ese sentido es “grande”. Quien no ha podido “tomar” de sus padres,
difícilmente podrá tomar de otros, en especial de los maestros.
Cuando tanto el padre como la
madre, el estudiante y el maestro ocupan su lugar con dignidad y
agradecimiento, el proceso de enseñanza-aprendizaje fluye provechosamente para
todos los que lo comparten.
La mirada sistémica propicia la
solución de muchos de los problemas que se presentan en el área educativa, y
genera con agilidad el trabajo conjunto y organizado de maestros, padres y
estudiantes, sacando a la luz las lealtades invisibles y el amor ciego que el
estudiante mostraba en forma de dificultades para el aprendizaje.
La familia es el primer sistema
al que pertenecemos desde que se inicia la vida, y la exclusión de ella se
percibe como una amenaza de muerte. Si podemos ver en los problemas de los
alumnos el amor que los mantiene embrollados en la familia, estaremos dando un
paso seguro hacia la facilitación de un proceso en donde los chicos no se
sientan “amenazados’.
Más tarde, cada uno de nosotros
vamos integrándonos en otros sistemas formados por el
colegio, los amigos, los compañeros de la universidad, los colegas de trabajo,
las religiones, las culturas y los países, hasta que finalmente podemos tomar nuestro lugar en el sistema del
universo. Todos los sistemas son regidos
por ciertos órdenes, de forma que al respetar sus límites podemos avanzar y
lograr la plenitud de una vida lograda.
Cuando
los órdenes
son transgredidos,
el sistema
nos
detiene
el crecimiento,
en cambio,
cuando
retornamos
al orden
y lo respetamos,
el amor
puede
fluir...es
la vida
las que
nos
gradua
de seres
humanos
y sus
lecciones
llegan
primero
a través
de nuestros
padres, y más
tarde
por la pareja. Algunos
somos
estudiantes
de escuelas,
institutos
y universidades,
y esas
lecciones
nos
llegan
por medio
de los maestros.
Ninguno de nosotros tiene el
poder que le permita el derecho a cuestionar el método de enseñanza del sistema
en el que nace. No podemos negar o rechazar a nuestros padres, sin negarnos o
rechazarnos a nosotros mismos. Estamos ligados por profundos lazos de lealtad a
nuestra familia, y seguimos las leyes que la dirigen y la unen.
Desde un punto de vista
filosófico, todos somos estudiantes de la Vida y nuestros principales maestros
son los padres…aprovecho la oportunidad que me brinda el hecho de que hoy
celebramos el día del maestro, para expresar mi agradecimiento a mi padre
Héctor Pereyra, a mi madre Dolores Rio y a la vex, extender cálidas
felicitaciones a los padres de todos mis familiares, maestros, amigos, colegas,
clientes, consultantes, estudiantes y a especialmente a los padres de los
lectores de este blog que me permite compartir lo aprendido.
Karina Pereyra
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