La inteligencia y la claridad forman parte de la mente masculina. La absorción y la tranquilidad forman parte de la mente femenina. Solo una mujer puede absorber, por ello se queda embarazada...posee el útero.
Esas dos cosas son necesarias. Si eres inteligente, no serás capaz de entender qué se te está diciendo, no comprenderás lo qué te está impartiendo el Maestro. Y si no eres femenino, no serás capaz de absorberlo, no podrás quedarte embarazado con ello.
Ambas cosas son necesarias. Debes ser inteligente, muy inteligente para entenderlo. Y tienes que ser muy absorbente para mantenerlo en tu interior, para que se convierta en una parte de tí.
El hombre ha estado obligando a la mujer a ser silenciosa, no solo por fuera, sino también por dentro... obligando a la parte femenina a estar quieta. Mira en tu interior. Si la parte femenina dice algo, de inmediato saltas y replicas: «¡Es ilógico! ¡Absurdo!». Te perdás muchas cosas en tu vida porque la cabeza no para de hablar; no permite que la parte femenina hable.
La mente masculina es un fenómeno alborotador... por ello abruma, domina. Pero en lo más hondo, aunque puedas alcanzar poder, te perderás la vida. iY en lo más hondo la mente femenina continúa! A menos que des marcha atrás hacia lo femenino y te entregues, a menos que tu resistencia y lucha se conviertan en rendición, no sabrás lo que es la vida verdadera ni su celebración.
Uno debería de ser como el agua...que fluye, fresca, siempre en movimiento hacia el océano. Y uno debería de ser como el agua: suave, femenino, receptivo, cariñoso, no violento. Uno no debería de ser como una roca. La roca da la impresión de ser fuerte, pero no lo es, y el agua da la impresión de ser muy débil, pero no lo es.
Que nunca te engañen las apariencias. Al final el agua vence a la roca y esta es destruida y se convierte en arena que es arrastrada al mar. Al final la roca desaparece... ante el agua blanda.
La roca es masculina; es la mente masculina, la mente agresiva. El agua es femenina, suave, cariñosa, en absoluto agresiva. Pero gana el elemento no agresivo.
El agua siempre está dispuesta a rendirse, pero mediante la rendición conquista... ese es el estilo de la mujer. La mujer siempre se rinde y conquista a través de ese acto. Y el hombre quiere conquistar y el resultado final no es otra cosa que una rendición.
Osho.
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