Anne Ancelin Shützenberger autora del libro “Mis antepasados me duelen” dice: “Nos mantenemos fieles a nuestros padres y a nuestros antepasados. A veces esta lealtad invisible sobrepasa los límites de la sensatez y sin embargo se repite. Solemos mantener una poderosa e inconsciente fidelidad a nuestros designios familiares: a sus tradiciones, a sus traumas, a sus secretos, a sus proyectos más o menos advertidos. Solemos identificarnos con ellos y representar sus acciones, sus deseos, enfermedades y destinos. Solemos adoptar los sentimientos de la familia como si fueran propios”
En el contexto del psicoanálisis también se mira la importancia de la influencia ancestral. Freud señalaba que: “La herencia arcaica del hombre no solo comprende disposiciones sino también contenidos, huellas de las vivencias de generaciones anteriores y que estas huellas son independientes de la comunicación directa”.
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