"La
reacción ante una pérdida trágica es siempre resistirse o ceder.
Algunas
personas se vuelven amargadas y profundamente resentidas; otras se vuelven
compasivas, sabias y amorosas.
Ceder implica
aceptar internamente lo que es, es abrirse a la vida.
La resistencia es una
contracción interior, un endurecimiento del cascarón del ego, es cerrarse.
Toda acción
emprendida desde el estado de resistencia interior (al cual podríamos llamar
negatividad) generará más resistencia externa y el universo no brindará su
apoyo; la vida no ayudará.
El sol no puede
penetrar cuando los postigos están cerrados.
Cuando cedemos y nos entregamos,
se abre una nueva dimensión de la conciencia.
Si la acción es
posible o necesaria, la
acción estará en armonía con el todo y recibirá el
apoyo de la inteligencia creadora, la conciencia incondicionada, con la cual
nos volvemos uno cuando estamos en un estado de apertura interior.
Entonces las
circunstancias y las personas ayudan y colaboran, se producen las
coincidencias.
Si la acción no es posible, descansamos en la paz y la quietud
interior en actitud de entrega; descansamos en Dios."
Eckhart Tolle
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