sábado, 12 de diciembre de 2015

Virgen de Guadalupe; reina de México y emperatriz de América (12/12)



El lienzo de la Virgen de Guadalupe fue el único objeto que se salvó de las llamas, el humo y la destrucción provocado por una bomba, colocada en un ramo de flores que pusieron a los pies del cuadro. Cuenta la historia que este lienzo fue plasmado por la propia Virgen en 1531 como prueba de su aparición al indio Juan Diego, en el cerro de Tepeyac en la ciudad de México.

En sus casi 500 años, ha tenido 7 casas en los alrededores del cerro de Tepeyac. Cada año, más de 16 millones de fieles visitan el templo donde se encuentra actualmente la imagen, que junto al santo sudario de Turín es reconocida como de origen sagrado por la iglesia católica.

Un interesante documental transmitido por Discovery Channel, el 12 de diciembre (fecha de su conmemoración) de 2009, comparte interesantes informaciones acerca de esta venerada imagen. Algunos hechos curiosos e inexplicables son:




I. La tela: es de fibra de maguey (una variedad de agave común en México) del ayate o poncho de Juan Dieguito. Esta fibra vegetal usada por los indios para cubrirse o cargar cosas es muy resistente, pero se descompone por putrefacción en menos de veinte años.

Misteriosamente, ésta ha resistido más de 470 años en perfecto estado de conservación, sin que le afecte la humedad, el polvo, los nitratos, el humo de las velas, o las inclemencias del ambiente a las que ha sido expuesta la tela.

II. La Imagen: a pesar de la vulnerabilidad a la que ha sido expuesta la tela, su bella policromía se ha mantenido intacta. El premio Nobel en Química, el alemán Kuhn, estudió la pintura y dijo: “Estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales”.

Los científicos no han podido explicar el origen de los pigmentos que dan color a la imagen, ni la forma en que fue pintada, pues la imagen no tiene pinceladas, sino que los hilos están teñidos. La técnica de pintura empleada es completamente desconocida y no existe otra igual en la historia del arte.

III. Los símbolos: la imagen muestra 8 signos principals:

1.El Ayate: Vestidura de ixtle, fibra extraída del maguey. La estrecha relación entre la Imagen de María que lleva a Cristo en su seno y el ayate o vestidura de Juan Diego es un recordatorio de que Dios nos hace partícipes de su naturaleza divina.

2.La Túnica: Es rosada con extrañas flores sobrepuestas que parece que han brotado en una buena tierra. Destaca una pequeña flor de cuatro pétalos (sobre el vientre de la Virgen) ya que en las culturas indígenas representa la morada de Dios, el centro de la historia, el origen de la vida, la plenitud. En el cuello, sobre la túnica, se distingue una cruz que en las culturas indígenas mesoamericanas tenía la misma significación que la flor de cuatro pétalos: signo de plenitud y de inmortalidad, lo que para los cristianos es signo de redención.

3.El Manto: Representa al cielo con sus estrellas. Es de color azul verdoso, del color del jade y de la turquesa, símbolos de la realeza y de la virginidad y tal parece que envuelve a la tierra, representada por la tunica.

En el lado izquierdo del manto de la Virgen (derecha nuestra ya que la vemos de frente) se encuentran “apretadas” las constelaciones del sur: Cuatro estrellas que forman parte de la constelación de Ofiuco (Ophiucus).

Abajo se observa Libra y a la derecha, la que parece una punta de flecha corresponde al inicio de Escorpión (Scorpius). Intermedias con la porción inferior, se pueden señalar dos de la constelación de Lobo (Lupus) y el extremo de Hidra (Hydra).

Hacia abajo se evidencia la Cruz del Sur (Crux), y a su izquierda aparece el cuadrado ligeramente inclinado de la constelación de Centauro (Centaurus). En la parte inferior, solitaria, resplandece Sirio.

En el lado derecho del manto de la Virgen se muestran las constelaciones del norte: En el hombro, un fragmento de las estrellas de la constelación de Boyero (Bootes), hacia abajo a la izquierda le sigue la constelación de la Osa Mayor (Ursa Maior) en forma de una sartén.

La rodean: a la derecha arriba, la Cabellera de Berenice (Coma Berenices), a la derecha abajo, Lebreles (Canes Venatici), a la izquierda Thuban, que es la estrella más brillante de la constelación de Dragón (Draco).

Por debajo de dos estrellas (que todavía forman parte de la Osa Mayor), se percibe otro par de estrellas de la constelación del Cochero (Auriga) y al oeste, hacia abajo, tres estrellas de Tauro (Taurus).

De esta manera, quedan identificadas en su totalidad y en su sitio, un poco comprimidas, las 46 estrellas más brillantes que rodean el horizonte del Valle de México.

4.Pie sobre la luna: La posición del cuerpo de la Santísima Virgen nos muestra que tiene flexionada su pierna izquierda, representando por un lado su peregrinar, y por otro, la danza en las culturas precolombinas.

5.La luz: María de Guadalupe aparece convertida en sol (de su interior irradian luz y llamas), simbolizando que es la Madre del Niño Sol que la transforma en una antorcha. Ella está llena de la gracia del Espíritu Santo. El resplandor de luz blanca que sale de su cuerpo es mucho más intenso a la altura de su vientre hacia abajo. Su vientre es la fuente de la luz, de la que somos hijos.

6. La gravidez: Se descubre por los extremos del cinto con que está ceñida, que bajan de más arriba de la cintura y permiten ver el abultamiento de su vientre. La Virgen convertida en Sol aparece llevando en su seno al Niño-Sol.

7.El angel: Para la mirada occidental el ángel es un mensajero. Para los indígenas es un hombre con alas preciosas, por tener alas de águila; el color trigueño de su tez como el de la Santísima Virgen lo hace semejante a Ella, así como el color de sus alas, semejante a su vestimenta quiere decir: "Soy su sangre, su color; soy de su linaje, soy su hijo."

Por tener rasgos humanos este "ángel" tiene la posibilidad de hablar; es un mensajero porque tiene grandes ojos y grandes orejas; en su mano derecha lleva el cielo, en la izquierda lleva a la tierra; es un mediador, un intercesor. Es portador de algo divino porque lleva a María Santísima y Ella lleva a Cristo.

8.El rostro: Los rasgos del rostro de la Santísima Virgen no son ni de una española ni de una india, son mestizos: tez trigueña, ojos claros, majestad atractiva, serenidad afectuosa, párpados entre cerrados porque está en oración con la mirada baja, hacia su vientre que es el lugar donde se halla el objeto de su oración: Jesús, que está a punto de nacer.

Sus rasgos delatan la alegría interior, es la Madre de Dios. Con su serenidad bondadosa nos habla de su misión, es colaboradora de Cristo y está viviendo el momento más importante para la salvación del mundo: está a punto de darlo a luz.

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