Las fiestas son los puntos que enlazan al hombre con lo que cósmicamente pasa en el cielo.
La Navidad ocurre en Belén. En hebreo, Bethlehem significa “la casa del pan”. El símbolo para el pan es nuestro cuerpo, dentro del cual acontece la Navidad.
Llevando este hecho a nuestra realidad psíquica, encontramos en primer lugar a María, la madre-virgen que está embarazada.
La mayoría de los avatares nacieron de una madre-virgen y sus nombres están emparentados lingüísticamente: la madre de Bacus se llamaba Myrra; la madre de Hermes, Myrra o Maya; la madre de Buda, Maya y la madre de cristo, María. María, Maya y Myrra, tienen la misma raíz lingüística: mare (el mar), mater (la madre), materia (la materia), para representar que lo que se ve encierra lo que no se ve.
En la materia está encerrada la luz. A primera vista vista, la luz es invisible. Tal como María lleva escondida en sus entrañas a la luz de Cristo.
Por otra parte existe una conexión etimológica entre las palabras agua y mar: el mar es agua. En la mitología Cristiana María fue llamada Stella Maris, la estrella del mar. Igualmente encontramos una conexión entre el manto azul de María y las estrellas, relacionado con el azul celeste y el azul del mar.
El color azul como símbolo, representa lo pasivo y receptivo. El agua se caracteriza por ser receptiva. También la luna ha sido expresión de lo femenino, de lo psíquico y receptivo. María, pertenece a las diosas de la luna. En las imágenes cristianas la vemos casi siempre colocada en una media luna.
Así llegamos a una cadena simbólica significativa:
Agua - Psique - Luna - Femineidad - Madre.
En el Apocalipsis (Revelación de San Juan) dice de María: "...y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, y la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas".
Esta referencia a la luna es una metáfora: la luna es receptiva, no emana energía como el Sol sino que la recibe, por lo que depende de él.
Desde la antigüedad, la luna es el símbolo de lo receptivo y representa al alma (lo femenino impresionable), en contraste con el principio masculino que es el espíritu (activo, dador, emanador). El alma está en el cuerpo. El espíritu está en todas partes.
Hoy es un buen día para recordar que lo receptivo en nosotros (cuerpo y alma) son los canales para expresar lo activo en nosotros (espíritu).
Que todo lo que viva el cuerpo sirva para dar a luz al Espíritu.
Que el alma sea la madre que sostiene, cuida y nutre al Niño-Dios que vive en nosotros.
¡Feliz natal!
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