1. Ayuda a la comunicación.
Un abrazo
genera confianza y un sentido de seguridad. Esto ayuda a la comunicación
abierta y honesta.
2. Alivia sentimientos de soledad o ira.
Los abrazos
pueden aumentar instantáneamente los niveles de oxitocina, otorgando una
sensación de bienestar y contrarrestando los sentimientos de soledad,
aislamiento e ira.
3. Mejora el estado de ánimo.
Un abrazo
prolongado eleva los niveles de serotonina, mejorando el estado de ánimo.
4. Fortalecen el sistema inmunológico.
La suave
presión sobre el esternón y la carga emocional que esto crea estimula la
glándula del timo, que regula y equilibra la producción de glóbulos blancos en
la sangre, ayudándote a mantenerte sano.
5. Eleva la autoestima.
Los abrazos
nos hacen sentir amados y especiales. De hecho, muchos especialistas asocian la
autoestima a las sensaciones táctiles de nuestros primeros años de vida. Los
mimos que recibimos de nuestra mamá y papá mientras crecimos nos marcan, y
conectan con nuestra capacidad de querernos y respetarnos a nosotros mismos.
6. Relaja los músculos.
Los abrazos
liberan la tensión en el cuerpo. Pueden incluso calmar algunos dolores al
estimular la circulación en los tejidos blandos.
7. Equilibran el sistema nervioso.
El efecto de
la humedad y la electricidad en la piel que da un abrazo puede equilibrar
nuestro sistema nervioso.
8. Nos enseñan cómo dar y recibir.
Los abrazos
nos educan sobre cómo fluye el amor en ambos sentidos.
9. Son parecidos a la meditación y la risa.
Los abrazos
nos alientan a fluir con la energía de la vida. Además, nos sacan de nuestros
patrones de pensamiento y conectan con los sentimientos, equilibrando nuestra
respiración.
10. Fomentan la empatía y la comprensión.
Y eso nos beneficia
a todos.
Fuente: Upsocl
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