Y reconstruirás Jerusalén las veces que sea necesario
porque ése es el mandato divino.
Buscarás las manos de tus hermanos
para cumplir la tarea.
Y no levantarás más murallas a tu alrededor
pues los
enemigos
han sido sepultados
junto a todos los lamentos.
Y bendecirás las luces
y las sombras de cada día de
tu vida.
Y no tendrás más tiempo de señalar
lo que está bien
y lo que está mal,
porque estarás ocupado forjando tu
hogar.
Y vendrán a él los peregrinos en busca de luz.
Aprenderás a sentir que tu hermano es parte de
ti
y no un semejante.
Daniel Chirom (Poeta
argentino)
No hay comentarios:
Publicar un comentario