Elizabeth Dunn, una sicóloga de la Universidad
de British Columbia, hizo un estudio que indica que el dinero no trae
felicidad. De hecho, cuando una persona gasta el dinero en si misma suele
sentirse desgraciada. Mientras que, las que usan el dinero para hacer felices a
los demás, experimentan un aumento de la propia felicidad.
En un fascinante experimento, un grupo
de investigadores les dieron a estudiantes universitarios billetes de 5 o 20
dólares y les pidieron que gastaran el dinero antes del atardecer. A la mitad
de los participantes les pidieron que gastaran el dinero en sí mismos mientras
que al resto les pidieron que lo gastaran en los demás. Los participantes que
gastaron el ingreso inesperado en los demás -lo cual incluyó juguetes para
hermanos y comidas con amigos- dijeron haberse sentido más felices que quienes
gastaron el dinero en sí mismos.
Gastar una suma tan pequeña como 5
dólares en otra persona generó un aumento medible en la felicidad, mientras que
adquirir un supuesto placer (objetos para la gratificación personal) casi no
produjo un cambio en el humor de la gente.
"No me sorprende que la gente
descubra que dar dinero es algo muy reconfortante", explicó Aarón Ahuvia,
profesor de marketing de la Universidad de Michigan-Deaborn. "La gente
gasta mucho dinero para hacer que su vida sea significativa e importante.
Cuando das dinero haces el mismo tipo de adquisición, sólo que de una manera
más efectiva. Lo que tratas de hacer es comprar significado para tu vida".
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