Cuando el amor hacia un familiar que sufre o ha
desaparecido nos lleva a romper el orden, a expiar sus culpas o hacer
sacrificios, estamos ante un amor infantil que sólo conlleva infelicidad. Estas
dinámicas pueden romperse a través de las Constelaciones para convertir este amor
ciego en" un amor que mira". Cuando por ejemplo un (a) hijo (a) mira
a sus padres a la cara ya no puede desear morir o sufrir por ellos, por que
percibe en ellos el deseo de que él/ella sea feliz.
Cuesta disfrutar cuando otros seres amados no
pudieron o no pueden hacerlo. Esta dinámica se transmite de generación en
generación: los hijos reproducen la actitud de sus padres", Asentir la realidad cura, nos
permite ganar fuerza y energía. Cuando nosotros nos desviamos del llamado orden del amor, nos vuelve o nos
guía de regreso una enfermedad, teniendo un sentido que nuestra mente no
entiende pero que el alma necesita.
La fuerza motriz para la enfermedad proviene del amor primario de los
niños hacia sus padres, de su necesidad y de su añoranza de cercanía. Al
menos es esta añoranza de cercanía a los padres y a la familia la que permite
al paciente sostenerse en sus síntomas.
El trabajo con la CF nos permite descubrir cuál es el
anhelo, cuál es el beneficio de la enfermedad, o la ilusión de una ganancia
mediante la enfermedad que mantiene ciego al cliente.
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