El movimiento interrumpido se produce al nacer o en los primeros años de vida.
Se da cuando el movimiento natural de ir hacia los padres fue interrumpido, por
la separación temprana del vínculo afectivo. La interrupción pudo ser
ocasionada por nacimiento por cesárea, nacimiento anticipado con la respectiva
separación de la incubadora, muerte de la madre en el parto, o de uno de los
padres antes de los 7 años, separación por unos días (o definitiva), o divorcio de
los padres en condiciones difíciles que impiden el contacto con los mismos.
Las señales visibles de que tenemos movimiento interrumpido son varias, sin
embargo destaca principalmente la desconfianza constante en lo que hacemos y/o en lo
que hacen los demás, hay una imposibilidad de confiar hasta en "la propia
sombra", son personas "que ni sienten ni
padecen", sus manos tienden a ser frías, así como su expresión facial.
La técnica para el movimiento interrumpido ayuda a reconectar:
1-Nivel material: El contacto piel con piel nos permite reconectar el vínculo dañado sensorialmente.
2-Nivel creativo: se desbloquea el fluir del amor, y se posibilita la posibilidad de sanar el alma.
3-Nivel emocional: se recuerda el impulso hacia
la vida y retomamos su fuerza.
4-Nivel mental: se recrea el movimiento continuo y
se refuerza por medio de un anclaje.
Todos necesitamos
el contacto íntimo con el latido de mamá. Ese contacto íntimo y
continuo, que el niño establece con la madre en el primer año, es el que
prepara su corazón para lo que le pueda pasar en la vida. Los niños que sufren una
separación temprana del latido (y calidez) del corazón de mamá, mantienen su corazón subdesarrollado.
Estas personas son desconfiadas, por lo
que tienen dificultad para abrir su corazón. La preparación que les permitiría sintonizarse, y vibrar con otro corazón
fue interrumpida. ¿Cómo podrían vibrar con el corazón de otra persona que no es la madre?
Luego,
buscan a la madre en otras relaciones. Especialmente, en la relación de pareja. Intentan
suplir lo que anteriormente les fue negado, pero son exigentes, demandantes,
controladores, celosos y desconfiados. Así, alimentan su miedo de entregarse.
Confiar en el amor es una tarea ardua, y sólo lo logran con mucha
dificultad. En ocasiones,
la persona buscará a su mamá en la relación con un hijo, que por amor a su
padre o a su madre, representará para sus padres a la madre de su padre o madre.
El
abrazo de contención, restaura el flujo del amor antes interrumpido, y nos deja
libres para ir hacia adelante en las relaciones, en sintonía con la vida. Sintonizarnos
con la vida, nos permite
reconciliar el movimiento de unión intrauterino con el movimiento de separación fuera del vientre de mamá, más
allá de nuestra piel. Cuando abrazamos a otro, retomamos el contacto de piel a
piel con la madre. Regresamos a la
seguridad que sentimos al estar acurrucados en los brazos de ella.
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