-No te preocupes, hijo querido. He venido del manantial con la varilla
mágica en mano. Allí encontré al Ser Supremo.
Él me dijo: “¡Vas a curarlo!”
-Estoy muerto. No puedes…
-Los muertos se curan naciendo otra vez, mi niño.
Alejandro Jodorowsky
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