Una pareja se puede elegir partiendo de
diferentes niveles de consciencia, hasta puede suceder que sean los árboles
genealógicos de los enamorados los que tramen esa unión. El olor a clan es
hipnótico para quién no conoce su poder.
También se puede elegir desde cualquiera de
nuestros cuatro egos y así, enamorarnos de su intelecto, de su forma de amar,
de la satisfacción sexual que alcanzamos juntos, de la seguridad que nos aporta
para crear juntos un nido próspero… El fin de estas parejas llega cuando uno de
los dos se transforma y el otro no.
Hay otra unión que va más allá de los contratos
familiares y del hambre de los egos, es la pareja que Ama con mayúsculas.
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