Fabula.
-En un reino lejano, abundaban las serpientes
cobras. Los fakires las hipnotizaban y haciéndolas danzar se ganaban la vida.
Un niño imprudente se creyó fakir y trató de encantar a los reptiles. Estos lo
picaron, quitándole la vida. El rey al enterarse de esto, ordenó: “¡Desde hoy,
bajo pena de muerte, se prohíbe hipnotizar a las cobras!” Y es así como los
fakires profesionales se murieron de hambre.
Comentario de Alejandro Jodorowsky:
El ser humano tiene niveles diferentes de
desarrollo espiritual. Lo que es mortal para unos puede ser vital para otros.
La prohibición nunca engendra una solución. Es mejor educar que impedir.
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