lunes, 19 de agosto de 2013

Tomar contacto con nuestro “para qué”.


 

"El propósito principal en la vida del hombre,
es dar nacimiento a sí mismo.
Convertirse en lo que potencialmente es”.

Erich Fromm.
 

Todos tenemos la necesidad de realizarnos, de ser felices, de lograr algo importante en nuestra existencia, vivir plenamente, y en algunos casos trascender. En el momento en que encontramos nuestro para qué, el cómo y cuándo es dado  por la vida. Encontramos el propósito, el conocimiento exacto de lo que uno quiere, dice Napoleón Hill, y un deseo ardiente de poseerlo continua diciendo.

El secreto de la existencia humana no sólo está en vivir, decía Dostoyevski el novelista ruso del siglo XIX, sino también en saber para qué se vive. Mucha gente, confunde el propósito con las metas y objetivos. El propósito de nuestra vida tiene que ver con los dones y talentos únicos que nos servirán para desarrollarla.

Por eso, darnos cuenta que es lo que más disfrutamos hacer y las aptitudes que tenemos es vital. Conocernos a nosotros mismos, es un valioso recurso en el proceso para encontrar nuestra misión o propósito. Una vez encontrado, solo es válido si ese propósito sirve también a los demás. Aunque la mirada no debe ser económica, si lo que hacemos es auténticamente parte de nuestra misión nos debe traer abundancia y prosperidad, en todos los aspectos.
 

La misión nos da las fuerzas para desarrollar toda nuestra capacidad en aquello que hacemos, y nos lleva a poner el corazón en cada paso que damos. Ese hecho es la diferencia de trabajar por dinero o servir por amor. Cuando trabajamos por dinero la paga se recibe y muere el intercambio, cuando servimos por amor, lo intercambio se expande. Crece nuestro talento, la retribución, el agradecimiento, la pasión, etc.


El contacto con nuestro “para qué” es un potente combustible que nos impulsa a avanzar. Una vez que hemos definido nuestro propósito, contamos con un faro de luz que sobresale en la oscuridad guiándonos en nuestras prioridades. La mente genera alrededor de 60,000 pensamientos al día, y al tener aclarada la misión, la mente se disciplina  para distinguir que ese pensamiento es más importante que los otros 59,999 y se enfocará en ella.

 
Cuando la energía se enfoca actúa como un magneto que atrae todo lo que vibra similar. En el documental del secreto nos dicen que nos convertimos en aquello en lo que pensamos la mayor parte del tiempo. Entonces, la mente  empezará a descartar los sabotajes, y comenzará a traernos solo aquello que es útil, bueno, beneficioso, y agradable.

Los ancestros, aliados, guías, maestros y ángeles se ponen en movimiento para que todo lo que necesitemos para llevar a cabo el propósito, nos llegue en el momento oportuno; el libro que nos puede ayudar, la conferencia, los cursos, las personas, etc. Empezaremos a oír a la gente hablar del tema que nos interesa en la televisión, la radio o la fila del supermercado.

Todo empieza a ocurrir como si fuera por arte de magia, y en parte lo es, nos convertimos en el mago que tiene el poder para cambiar la realidad conocida. Solo si hacemos algo diferente (giro de 180°), podemos crear los cambios que traigan a nuestras vidas las realidades que queremos. El cerebro tarda 21 días para formar nuevas rutas o surcos. Amado de Miguel dice: "Vivir es cambiar, ver cosas nuevas, experimentar otras sensaciones". 
 
 ¿Te animas a vivir de este modo?
 

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