-Maestro, me
pregunto cómo progresar, cómo actuar en las adversidades, cómo administrar un
poder, como comprender a los otros, cómo vengarme. Necesito sus consejos.
-Si quieres
progresar, no tomes ejemplo de aquella vela, que viendo la inmensa luz del sol
pretendió ser cómo él, colocándose a su lado. ¡Fue derretida! En cambio otra
vela, sin delirios de grandeza, en la sombra de un cuarto, logró encender su
mecha y dar luz durante el plazo de vida que el destino le había concedido…
En medio de las
adversidades guarda tu calma, exactamente como si estuvieras en la prosperidad.
No hagas como aquel trozo de madera que había caído en el océano: cuando
estalló una tormenta y fue zarandeado, exclamó “¡Este mar me odia, por eso se
agita! ¿Qué le he hecho yo para que me persiga así?”...
Si tienes el poder
y hombres simples dependen de ti, no hagas como aquel rey que, al serle
solicitado un técnico por unos campesinos que estaban viendo cómo una represa
se cuarteaba amenazando sus cosechas, envió a un técnico que al llegar a la
aldea donde se le necesitaba aconsejó que taparan las grietas con suela. ¡La
solución no sirvió de nada! Cuando llegó la hecatombe, el enviado se disculpó
diciendo que él era técnico en la fabricación de zapatos, no en componer
represas…
Cuando encuentres
a un ser que haga acciones incomprensibles para ti, no rías, averigua. Un
viajero vio a un anciano de noventa años, viudo y solitario, que estaba
plantando en su jardín semillas de manzano. Se burló:
-“¿Para qué
plantas esos árboles si morirás antes que ellos crezcan?”
-Respondió el
viejo: “¡Cuando vine a este mundo, comí las manzanas que otros se habían
preocupado de plantar muchos años antes; ahora pago mi deuda!”…
Si hay dos ollas
de barro y un ladrillo cae sobre una, partiéndola, no hagas como la otra que,
por venganza, se dejó caer sobre el ladrillo.
Alejandro Jodorowsky
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