Este día, el Ángel de la
Navidad desciende para recorrer la órbita de la tierra por 3 días (hasta el 24
de diciembre), trayéndonos energías para reconciliar, asentir y amar. El hecho
que ocurre cada año nos prepara el corazón, que por ser el asiento del más puro
amor, sirve de pesebre para que el niño divino renazca en nosotros. Es
necesario que participemos en el cuidado de nuestro cuerpo, a fin de que
nuestros sistemas se preparen para recibir la potente vibración que llega a la
Tierra a partir del día de hoy.
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