Toda historia de amor auténtico es una historia de
amor con Dios. En esta historia de amor, una señoras ama a su esposo de
esa manera.
Había una vez un señor al que nadie quería. Era
encorvado, canoso y extremadamente flaco. Cuando saludaba a alguien lo hacía
con una expresión agria y dolorida. Paradójicamente (como tenía que ser) su
mujer era una señora pequeña, bella y llena de vida, y además lo adoraba.
Estaban siempre juntos, y la señora siempre saludaba a todos los que cruzaban
su camino.
Un día el ángel de la muerte visitó la casa de
la pareja donde el señor agonizaba. Una angina de pecho era la responsable de
la expresión de dolor que mostraba su cara. Su bella mujer decidió que moriría
por su esposo. Rezó desde el alba hasta el anochecer para que se cumpliera su
deseo.
Los médicos decían que no había manera de que el
señor sobrepasara su enfermedad, sin embargo una semana después reapareció en
la calle acompañado de su esposa que agitaba la mano para saludar a la gente
que encontraba a su paso.
Unos meses después su esposa cayó en cama. Una
gripe sin importancia se convirtió en una neumonía. La mujer murió súbitamente
en medio de la noche. Su esposo se quitó su rosario y lo colocó en el cuello de
su esposa antes de que falleciera.
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