El día de
San Juan (24 de junio) es una de las fiestas más antiguas de las celebraciones
paganas, luego cristianizada por la iglesia. Festeja el día más largo del año,
donde el dios solar llega a la cima del poder, antes de su declive y
"muerte" en el solsticio de invierno. Es uno de los momentos más
místicos del año, lleno de magia y de encantamientos. Las ninfas recorren los
parajes, y por donde pasan surgen las flores. Espíritus y hadas salen para
mezclarse con los seres humanos y danzar en el fuego.
Previamente,
el solsticio de verano (21/22 de junio) abre “puertas” o “portales” que favorecen nuestro
crecimiento espiritual, y nuestro avance hacia nuevas oportunidades. Solsticio
también significa “cambios”. Los rituales hechos en estos dias, nos brinden la
oportunidad de vivir la magia y el encantamiento en nuestras vidas cotidianas,
a fin de utilizar el cambio hacia el bien y la sanación.
Es un
magnífico momento para hacer peticiones, y lograr nuestros propósitos de forma
fácil, rápida y en pleno gozo. Es una noche especial en que encendemos el fuego,
como es la tradición, y nos llenamos de la fuerza del triunfo de la luz sobre
la oscuridad.
Se
recomienda:
- Liberar las viejas ataduras.
- Hacer una meditación consciente para atraer la luz.
- Ritual de renovación y purificación (quemar papel, saltar sobre el fuego, lavar las manos, etc)
- Consagrar la sal que usaremos hasta el solsticio de invierno.
- Hacer las peticiones.
- Danzar alrededor de la llama de la fortuna.
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