Los hombres olvidan siempre
que la felicidad humana
es una disposición de la mente
y no una condición de las circunstancias.
John Locke.
1-Ama lo que
haces.
La mayor fuga de energía surge cuando estamos
trabajando en algo que no nos gusta, estamos mal pagados (sin balance adecuado
por lo que damos), o estamos haciendo lo que nos gusta en un ambiente tóxico. Sin
importar las razones por la que estás haciendo lo que haces, ¡disfrútalo! siempre podemos
elegir encontrar el lado positivo de todo. Puedes remozar tu espacio de
trabajo, de forma que sea agradable para ti y para la gente con quienes tratas:
coloca unas plantas naturales, una piedra con tu mensaje favorito, la foto de
la gente que quieres, un difusor de aceites esenciales, un bowl con cuarzos de
diversos colores, libros y revistas de lo que te apasiona, etc
2-Juega con la
Gracia.
Tu trabajo es una parte fundamental
de tu propósito espiritual. Es el indicador que señala si estás siguiendo la
voluntad divina. Si tus tareas se facilitan, te gustan, te energetizan, se te
abren las puertas con frecuencia, y todo fluye y crece de manera sorprendente,
quiere decir que estás alineado con tu propósito. Transitas el camino de la
Gracia. Cuando parece que la suerte te sonríe, y te dan un empleo o proyecto
deseado por mucha gente, no es por “suerte”, sino porque se ha activado la
providencia divina, y sus ángeles van
despejándote el camino.
Si estás viviendo una lucha entre lo
que quieres y lo que haces, tienes molestias, parece que todo se tranca, coges brega,
y no puedes expandir tu campo de acción, ¡revísate! estás en el sitio
equivocado, o tu resistencia al orden es mayor que tu deseo de logro. Ningún camino
que te hace sufrir viene de la voluntad divina. Cuando estamos alineados con lo
que es, todo fluye de forma fácil, rápida y con gozo, especialmente el dinero.
3- Disuelve el miedo al dinero y aprende a amarlo.
Hemos aprendido montones de limitaciones
relacionadas con el dinero. Principalmente, que el dinero es un obstáculo para
la realización espiritual. Hoy día, las religiones están cambiando el discurso
acerca del dinero y la abundancia: ¡quien tiene más ayuda más! Hay dos pensamientos fundamentales que
bloquean el flujo del dinero: 1-El miedo a la carencia, y 2-El sentir que no
estamos preparados para tener mucho dinero.
El miedo actúa como un escudo
invisible, rechazando las oportunidades que se nos presentan. A dónde va la
atención va la energía, a donde va la energía va la fuerza. Si piensas en las
necesidades, ¡van a crecer! Lo que resistes, persiste. Pide a tus Ángeles que
te ayuden a disolver el miedo al dinero, y pídeles la bendición a tus ancestros
para amar el dinero. Solo lo que amamos nos da confianza y seguridad.
4- Mantén tu dinero en movimiento.
El dinero es energía y la energía que
no circula se prepara para morir. En feng shui aprendí que somos responsables
de la evolución de todo lo que tenemos. Acumular, atesorar cosas que ya no nos
sirven, tener cosas guardadas por si luego las necesitamos, etc, nos sintoniza
con la mentalidad de pobreza y escasez. Así, limitamos nuestra abundancia.
Conozco gente que dilata el momento de pagar (aun teniendo el dinero) para
tener la ilusión de que les queda algo. Todo lo que se debe, retrasa 7 veces lo
que esperamos. El universo no tolera los espacios vacíos. Hay que hacer espacio,
¡paga y bendice el dinero que sale de ti! Seguro que el dinero vendrá. Los pensamientos
y creencias negativos también detienen tu crecimiento financiero. Déjalos ir y
reemplázalos por pensamiento útiles. Poner en movimiento lo que tienes, pone en
movimiento tu dinero.
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