Materiales:
1-Un
vaso transparente (de preferencia nuevo).
2-Una
vela blanca.
3-Un
puñado de sal.
Procedimiento:
-Busca
un lugar tranquilo. Respira conscientemente, mientras agradeces a tus guías y
ángeles por su acompañamiento.
-Enciende la vela blanca (con fósforos de madera).
-Llena el vaso con agua, y agrégale un puñado de sal. Lo dejas reposar por 3 horas
aproximadamente.
-Lava tus manos con
el agua consagrada para la purificación, dejando caer el agua del vaso desde la muñeca hacia los dedos. Primero en la mano izquierda (la que toma0, y luego en la mano derecha (la que da), mientras repites
una frase que dispare la abundancia. Por ejemplo: “El dinero es mi aliado y viene a mí con fluidez y
armonía”. Coloca los brazos hacia arriba a una altura cómoda, y deja que tus manos se sequen solas.
-Apaga
la vela (sin soplar), y da las gracias.
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