Usualmente, basamos nuestro
autorespeto en la identificación con los asuntos superficiales de nuestra
existencia: aspecto físico, género, éxito profesional, inteligencia, status
social, nacionalidad, raza, etc. así, es difícil que el sentimiento de
autorespeto se mantenga estable, porque las opiniones de las personas cambian.
Cuando dependemos de lo que
ocurra con las opiniones, acabamos fluctuando continuamente; tomaremos fuerza
cuando nos dicen cosas buenas, y nos sentiremos abatidos cuando nos dicen cosas
negativas. Permanecer estables en nuestro autorespeto, necesita un
entendí-miento más profundo de nuestra identidad.
El espíritu es perfecto; ni
gordo ni flaco, ni masculino ni femenino, ni pequeño ni grande. Autorespeto
significa valorar mi propia existencia. Cuando me valoro a mí mismo, también
tendré respeto por los demás, y por la vida.
Quien no
se respeta depende de los demás para que le den su apoyo o confianza. Cuando
tengo autorespeto puedo permanecer estable inter-namente, sin una sensación
errónea de inferioridad o superioridad. Inmune tanto a la crítica como al
halago.