¿Qué me sostiene?
¿En dónde me refugio cuando siento cansancio o angustia?
¿Dónde busco apoyo cuando no encuentro sentido a lo que vivo?
Dios es la Paz en la que descanso.
Si salgo con una amiga, voy al terapeuta o pongo una película buscando alivio de lo que me angustia, invito a Dios para que me hable a través de mi amiga, el terapeuta o la película.
¡La respuesta siempre llega de forma clara!
El cansancio, la angustia o el vacío continúan cuando uso la vida material para escapar, cuando uso a la forma como sustituto del Amor, y no escucho el mensaje de Dios en lo cotidiano.
El Amor de Dios me sostiene en cada cosa que pienso, siento y hago.
Nada me falta en unión a la Fuente.
Mi Fuente de suministro es ilimitada y es bondadosa.
El Salmista afirma que aquellos que saben que el Amor de Dios les sostiene, “serán como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, que dan fruto en su estación, cuyas hojas no caen, y todo lo que hacen prosperará. (Salmo 1:3)
Hoy, afirmo que “el Amor de Dios es mi sustento” (lección 50 UCDM)