El nombre de María tiene la misma raíz lingüística de “materia”. María,
la madre de Dios, representa la materia
(lo visible), donde se esconde la luz (el misterio). María es visible pero la
luz no. Es posible llevar esta analogía al mundo físico. El carbón es negro y
opaco, pero puede transmutarse en diamante e irradiar de un modo muy hermoso la
luz.
¿Cómo
podemos liberar la Luz despreciando la materia? ¿Amas tu cuerpo? Cada uno de
nosotros, tenemos la tarea de descubrir la Luz en la materia.
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