viernes, 24 de abril de 2015

La Tierra va al doctor.



La consulta del Doctor estaba siempre llena de pacientes, era un gran especialista y su fama se extendía por todo el Universo.

- El siguiente por favor- indicaba el doctor a su enfermera

- Que pase el siguiente paciente- decía la enfermera saliendo al pasillo donde planetas y estrellas esperaban su turno.

- Me toca a mí- decía un planeta.

- Bien, pase a consulta- le indicaba la enfermera.

- Buenos días, siéntese por favor- le indicaba el Doctor a su paciente- dígame que le ocurre.

- No lo sé doctor, no me encuentro nada bien- aquel planeta parecía preocupado.

- Bueno, no se preocupe, voy a tomarle los datos y en seguida me cuenta cuáles son sus síntomas, dígame su nombre.

- La Tierra

- ¿Domicilio?

- Sistema Solar

- ¿Edad?

- Unos tantos miles de millones de años

- Es usted todavía un adulto relativamente joven, bien, ¿tiene hermanos?

- Sí, yo soy el tercero de ocho hermanos, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno y Plutón.

- ¿Y cómo es la relación con ellos?

- No tenemos mucha relación entre nosotros, entre los miembros de mi familia apenas hay un trato amigable, solo tengo cierta relación con una prima, Luna y con un hermano, Marte, pero es una relación muy superficial

- ¿Y la relación con su padre?

- Mi padre Sol es para mí muy importante, sin él no sabría vivir, me cuida y al mismo tiempo se mantiene en la distancia adecuada para no entrometerse en mi vida. Mis hermanos no tienen una relación tan buena con él como la tengo yo, pero últimamente me encuentro tan mal que hasta con él todo me afecta, es una situación compleja

- ¿La salud de su familia es buena?

- Mi padre es una estrella madura pero muy sana, de todos mis hermanos yo era el que tenía más vida, pero últimamente no me encuentro bien, doctor

- No se angustie, para eso estoy yo aquí, dígame que le pasa


- Pues verá, me siento enfermo, siento como si me faltara el aire, me cuesta respirar, luego no tolero bien las temperaturas, siempre tengo como sofocos, o paso mucho frío o mucho calor, es como si no tolerase bien los cambios en el clima, son como muy bruscos ¿me entiende, doctor?

- Sí, no se preocupe, le haremos unos análisis a ver de dónde proceden dichos síntomas. Los resultados se los entrego dentro de una semana y ya vemos qué le ocurre.

Una vez transcurrido el plazo establecido, la Tierra volvió al consultorio del Doctor.

- Dígame doctor, ¿qué me pasa? Tengo mucho miedo, ¿lo que me ocurre tiene cura posible?


- Ante todo no se angustie, le cuento, verá… los resultados de sus análisis nos indican que sus pulmones no están muy bien. Parece que ha sido destruido gran parte del tejido, en la radiografía que le hicimos aparece una gran ausencia de árboles y plantas, mala calidad del aire debido a la contaminación, y todos esos aspectos junto a otros son los que le están provocando esa irregularidad en su temperatura y en el clima. Por otra parte hemos comprobado que ciertos seres que vivían en su organismo también están desapareciendo, animales de todas las especies que mantenían el equilibrio y el ciclo de la vida están disminuyendo en número y todo ello a una gran velocidad.

- Doctor, lo que me cuenta suena muy mal ¿por qué me sucede todo eso? ¿Me voy a morir?

- Verá, todo planeta está compuesto por una serie de elementos, usted es un planeta azul, los planetas como usted suelen estar llenos de vida, con una calidad en el aire y en el agua fabulosas, su vegetación y su organismo en general suelen ser muy ricos, pero tiene usted un síndrome que le genera esos problemas.

- No me asuste, ¿qué síndrome es ese?

- Usted tiene el síndrome del ser humano.

- ¿El síndrome del ser humano? ¿Es grave doctor?

- En realidad no debería de serlo, el ser humano es un organismo vivo que posee usted al ser un planeta azul, y que en realidad es un ser vivo maravilloso. Es muy beneficioso para usted, pues su función es la inteligencia, la creatividad, cuando es bondadoso y reparte amor es capaz de las mayores proezas y su calidad humana es infinita ayudando a otros seres que habitan en su interior incluyendo árboles y animales. El problema está cuando ese pequeño organismo enferma como es su caso. Lamento decírselo, pero si no curamos a este organismo que lo esta destruyendo podría llevarlo a la destrucción total

- ¡Voy a morir! No quiero morir, soy muy joven

- Si lo dejamos tal como está acabará con usted hasta destruirlo, pero usted es muy fuerte, podrá resistirlo por el momento ya lo verá. Además, para llegar a ese extremo ese organismo llamado ser humano tendría que llegar a un punto que se destruyera a sí mismo como ser. Eso sería una lástima ya que es muy beneficioso para usted, claro está, cuando está sano

- ¿Qué se puede hacer entonces doctor? ¿Existe cura posible?

- Bueno…para serle sincero, el tratamiento no es sencillo, pero eso no quiere decir que no se pueda lograr tener éxito en el mismo, se requiere de un gran esfuerzo pero lo conseguiremos, tenga fe, yo voy a estar con usted en todo momento.

- Se lo agradezco, no quiero sufrir más, quiero vivir. En un principio no notaba nada, fue poco a poco, cuando vine a darme cuenta me encontraba muy mal

- Sí, suele aparecer tal como lo ha contado, uno no es consciente de lo que le está pasando hasta que los síntomas son muy evidentes. Pero usted ha pedido ayuda a tiempo, todavía puede curarse. Ya verá como pronto se encontrará mejor, yo voy a ayudarle en todo, aunque tengo que avisarle que será un tratamiento largo:


Estudiando todos los aspectos de su caso hemos llegado a la conclusión de que lo que le ocurre es que en su interior guarda muchos sentimientos que necesitan ser comprendidos por usted mismo. Ese organismo que tiene en su interior, que le ha creado el síndrome del ser humano, tiene sentimientos de desear acaparar todo lo que le rodea, tiene miedo de sentirse desprotegido y tiene la necesidad de poseer muchas cosas materiales como si todo aquello lo protegiera de verse desvalido, por otra parte, como dicho ser se cree único en su mundo, no existe cohesión entre todos sus miembros, y han aparecido sentimientos como la avaricia, la envidia y la soberbia. El desear poseerlo todo lleva al mismo tiempo a destruir a otros seres para poseer más y eso lleva al mismo tiempo a la división.

Si por el contrario, la mente se abre al amor, a la bondad y al respeto a la vida, ese organismo que habita en su interior dejará de autodestruirse y por el contrario se convertirá en un ser bondadoso y en lugar de acabar con todos los tejidos de su organismo le ayudará a crecer y evolucionar. El ser humano por sí mismo, cuando no se ha perturbado, es altamente beneficioso para el bienestar de cualquier planeta. De todas formas, hay un síntoma que es el que le está ocasionando más daño que ninguno

- Dígame cuál es, doctor, ¿es grave?

- Es el síntoma de “tengo mucha prisa”. Ese pequeño organismo humano del que hemos estado hablando está acelerado, es como si tuviera que hacerlo todo en el menor tiempo posible, no se para en ningún momento, está inquieto y no se detiene a pensar, hemos de quitarle algunas revoluciones, para ello tendrá que buscar un poco de calma y serenidad, voy a indicarle algunas técnicas alternativas, como yoga o Tai Chi, creo que le ayudarán.


La Tierra empezó a pensar y transmitir a su ser interior sentimientos de calma de forma que todos los organismos que la componían se plantearan la vida de manera más positiva y serena, tenían todo el tiempo del mundo, no tenía sentido correr, la vida se abría a sus pies y si no la saboreaban se les escaparía de las manos, al mismo tiempo. La Tierra quería transmitir a todos los seres que componían su ser interior que no tenían razón para sentirse ni superior ni inferior a los demás, sino que todos eran igual de importantes, debían aprender a amarse a sí mismos, y ante todo respetarse y respetar a los demás.

Todos esos sentimientos debía trasladarlos a su organismo enfermo, debía comprender aquel ser llamado humano que él era importante, importante para amar, para ayudar a crecer y evolucionar, pero debía hacerlo centrado en otros valores, y no en sentimientos de superioridad y de destrucción.

Debía pensar que su organismo formaba una unidad, único y especial, pero como un ser completo, no podía sentirse dividido en partes, sino unido en un único ser auténtico y afortunado lleno de amor, sin desear grandes logros, por lo menos no a consta de otros. No podía destruir a otros seres ni a seres de su misma especie. Para ello tenía que cuidar de su organismo siendo todos sus miembros partícipes de una meta común: la vida armónica en todo el planeta.

¿Y saben amigos como termina esta historia?
El final lo escribimos entre todos. Hagamos lo necesario para que en vez de un final sea un renacer. Depende de nosotros. ¡Manos a la obra!


Síntesis de un cuento publicado en la Web.

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