jueves, 30 de septiembre de 2010

Una reflexión consteladora 4

El extraño caso del gemelo desaparecido


Según los científicos alrededor de uno de cada diez embarazos comienza como un embarazo múltiple, aunque en Europa sólo uno de cada 100 partos acaba siendo de gemelos. (En este articulo utilizaré la expresión "gemelo", tanto cuando se trata de gemelos como de mellizos). Esto significa que a menudo la naturaleza sacrifica a algún feto para garantizar la supervivencia del otro.

Un 90 % de gemelos se pierden durante el embarazo. La mayoría se malogran antes de la décima semana, no dejando rastro alguno al ser el embrión reabsorbido por el útero materno. Entonces se habla del gemelo evanescente. En estos casos sólo una ecografía temprana podría mostrar sí al comienzo hubo un embarazo múltiple.

Cuanto más tiempo de gestación haya vivido más probable es que el gemelo muerto haya dejado alguna huella. A veces la comadrona encuentra una placenta alargada o una segunda placenta, o un diminuto feto momificado y puede comentarlo a los padres. En algunos casos uno de los gemelos muere solo unos días antes del parto.

Así que en ocasiones el hermano vivo sabe que tenía un gemelo que murió durante el embarazo, mientras que en otras lo ignora. Mientras lo dicho es un hecho científicamente conocido y comprobado, aunque poco conocido por el público, durante mucho tiempo se ignoró por completo que efectos podría tener esta pérdida para el gemelo sobreviviente.

Solo en los últimos años han aparecido unas primeras investigaciones y publicaciones al respecto. Una de cada diez personas empezó su vida acompañada por un gemelo o trillizos. Esto supone un grupo significativo de la población. ¿Cuáles son las consecuencias de este hecho para este grupo?

Para un gemelo sobreviviente casi siempre es una fuerte experiencia traumática el vivenciar la muerte de su hermano durante el embarazo. Esta pérdida a menudo hace sombra a todo lo que le espera después en su vida. Parece ser una mera anécdota al comienzo de su camino y nada más, pero según mi experiencia no se puede subestimar la importancia de esta pérdida en la vida del gemelo solitario. Le determina en muchos aspectos.

Hay que entender que para un gemelo la relación con su hermano es la primera relación de su vida, que viene incluso antes de la relación con su madre. La psicología prenatal subraya la suma importancia que tiene este hecho. Los recuerdos e improntas prenatales de un gemelo y de la experiencia de su primera relación de vida son habitualmente de un profundo amor y de una cercanía tan intensa que se vive como una unión.

A esto le sigue la muerte y la pérdida de su gemelo, lo que, experimentado desde esta corta distancia, es realmente terrorífico y traumático, y le deja en estado de shock. Lo sorprendente es que las investigaciones muestran que estas tempranas improntas son determinantes para la vida del gemelo sobreviviente, incluso cuando la perdida de su gemelo tuvo lugar en el primer trimestre de la gestación.



El gemelo solitario.

Estas primeras experiencias del gemelo sobreviviente marcarán su "guión de vida" aunque no tenga recuerdos conscientes de su hermano perdido. Voy a describir algunos de los aspectos más característicos:

Una consecuencia habitual es que el gemelo sobreviviente vive en una confusión. No tiene claro quien de los dos (o tres) es él: el vivo o el muerto. Por supuesto esto sucede en el profundo inconsciente. Puede ser que el gemelo vivo no quiera dejar a su hermano muerto solo, y le siga amando y acompañando en su alma.

Existe el mito griego de los hermanos gemelos Hipnos y Thanatos, dioses del sueño y de la muerte, ambos hijos de la noche. También un proverbio alemán dice que el sueño es el hermano pequeño de la muerte. Una comprensión de este mito es que Thanatos se murió y que su hermano Hipnos se unió con el en sus sueños.

De la misma forma el gemelo vivo sigue unido a su hermano muerto. Una vez adulto se siente algo distante de sus seres queridos, de su entorno y de la vida misma. Tiene un pie en la vida y el otro en la muerte.

Desde pequeño siente que alguien falta, lo que le hace sentirse acompañado por una soledad aunque esté arropado por su familia. Puede que tenga un amigo invisible, o una muñeca que es de suma importancia para él. Se retira de forma intermitente a un mundo propio al que los demás no tienen acceso. Esta sensación de soledad y de ser incompleto le acompañará también siendo adulto.

Puede que inicie una búsqueda de algo en su vida aunque no sepa lo que es. Esta búsqueda puede mostrarse de diferentes maneras: viajar por todo el mundo, estar inmerso en una búsqueda espiritual, querer encontrar la pareja ideal. Puede que uno sienta especial interés y atracción por gemelos. O que duplique ciertas posesiones comprando siempre un par de todo.

Muchos gemelos sobrevivientes se sienten culpables de todo, sin entender la causa. En su inconsciente ha quedado la idea de no haber podido salvar a su querido hermano, o incluso de haber causado su muerte. Es la culpa del sobreviviente.

Algunos quieren morir, lo que se manifiesta desde una tendencia depresiva hasta la anorexia o el suicidio. Otros sienten una gran angustia con todo lo relacionado con la muerte. O por el contrario tienen una comprensión innata de ella.

En su vida laboral a menudo trabajan por dos (o tres), aunque esto no quiere decir que se permitan disfrutar del éxito que para muchos de ellos es más bien pasajero, como algo que se gana y se pierde. Un número significativo de los gemelos sobrevivientes trabaja en profesiones de ayuda, lo que tiene que ver tanto con su afán de salvar al otro, como con su capacidad empática, típica de un gemelo solitario.

Si el mellizo sobreviviente ha perdido a su melliza, desarrolla a menudo tanto el lado masculino como el lado femenino de su carácter, y lo mismo al revés. Esto incluso puede llegar al extremo de identificarse más con el sexo opuesto.

Un gemelo se relaciona de forma diferente que una persona sin par, y esto puede tomar dos formas. Una es que huya de toda relación intima porque le dé pánico. No se atreve a amar porque lleva en su interior un profundo temor de que su gemelo le arrastrará hacia la muerte. En consecuencia le cuesta abrirse y entregarse a cualquier relación amorosa más adelante en su vida. Siente que necesita una cierta distancia de seguridad aunque no entienda el porqué.

La otra es que busque relaciones cercanas y profundas, mientras que las superficiales no le interesen. Esto incluye a menudo la necesidad de mucho contacto corporal. De esta forma revive su primer modelo de relación. Una vez pasada la fase del enamoramiento es difícil para personas que no son gemelos soportar esta cercanía, porque necesitan más espacio propio donde poder sentirse a si mismos.

Esta diferencia hace que muchas relaciones se rompan con el tiempo. Un gemelo solitario, por miedo a perder a su ser querido otra vez, se agarra a su pareja y teme la separación. Si por esta conducta su pareja se siente agobiada y se va, se repite una vez más su vivencia inicial de la perdida. Para él es una catástrofe que le hace sufrir muchísimo. Cualquier pérdida, hasta la muerte de una mascota, puede causarle un sufrimiento que le hunde durante un largo tiempo.

Sean cuales fueren las causas en un primer plano, a menudo tienen menos hijos que otras personas. Aunque a veces lo anhelen tanto que parece una cuestión de vida o muerte. Siendo padres pueden tener un vínculo especial con uno de sus hijos, con quien experimentan una cercanía y unión que refleja la relación que tuvieron con su gemelo.

Les cuesta distinguirles emocionalmente. En algunos casos en lugar de tener hijos tienen una mascota que llevan muy de cerca, por ejemplo un pequeño perrito que siempre tienen en el regazo o sujetan en el brazo.

Cómo saber si es el caso.

Aparte de los indicios indicadores que se muestran en los sentimientos, la vivencia interna y el comportamiento de la persona nombrados anteriormente, hay indicadores biológicos que muestran si una persona es un gemelo sobreviviente o no. Los principales son:

• Fecundación in vitro
• Una ecografía que muestra un embarazo múltiple
• Una perdida de sangre vaginal en el primer trimestre del embarazo
• Una segunda placenta, o una placenta de forma inusual
• Un diminuto feto momificado
• Un parto de un gemelo muerto
• Un teratoma que contiene material orgánico de dientes o de cabello
• Órganos duplicados como un doble útero, etc. o dedos extras (también pueden tener una causa diferente)
• Otros gemelos en la familia (esto muestra una probabilidad genética)

Pero mientras que los indicadores biológicos hablan con claridad, hay que ver el conjunto de los otros indicadores para saber si una persona es un gemelo solitario.

Como lamentablemente en muchos casos falta la información sobre las circunstancias del embarazo y parto, puede ser de ayuda considerar la posibilidad de ser un gemelo solitario, cuando a uno le suenan algunos de los nombrados aspectos y sufre de ellos, sin haber encontrado una solución por otros caminos.

Muchos de ellos por sí solos pueden también tener otras causas y no indican necesariamente que la persona empezó su camino de vida acompañado por un gemelo. Reconocerse en uno u otro aspecto descrito no significa nada, más bien es la coincidencia con un conjunto de varios aspectos la que apunta a esta posibilidad. Entonces sería necesario adentrarse un poco más en la propia realidad interior para saber la verdad.

Hay varios métodos terapéuticos que ayudan a investigar más: con regresiones guiadas, a través de una Constelación Familiar, con un examen kinesiológico, o analizando los propios sueños, entre otros. El recuerdo está allí, en el inconsciente y en la memoria celular del cuerpo. Cuando uno contacta con ello, experimenta a menudo una comprensión espontánea. De golpe todo lo que antes era una acumulación de piezas inconexas en la vida cobra sentido.



El proceso de sanación.

El primer y decisivo paso es reconocer la realidad de ser un gemelo solitario que ha perdido a su hermano en la primera fase de vida, lo que normalmente produce un alivio inmediato. Después uno empieza a hacerse consciente de la relación íntima con su gemelo, lo que es un proceso que necesita su tiempo y dura normalmente varios años.

Uno se encuentra con el amor y la felicidad que sentía en la presencia y en la unión con su gemelo, y también con el dolor y el terror que le causó su muerte y que fue una pérdida traumática. La añoranza de reencontrarse con el otro y poder volver al paraíso perdido da paso a un tiempo de duelo. Con el tiempo uno llega a la experiencia de un vínculo de amor entre ambos que se mantiene.

También uno se da cuenta de algunas creencias sobre si mismo y sobre la vida que se formaron en su momento y que ahora le toca revisar. Para dar un ejemplo: de un "soy el culpable, no he hecho lo suficiente para retenerle" uno llega a "soy inocente, porque no estaba en mis manos, fui muy pequeño". A esta nueva comprensión contribuye también llegar a la experiencia de que el hermano muerto no tiene ningún reproche sino que siente amor hacia su gemelo vivo.

Puede ser necesario tratar la experiencia traumática de una muerte vivenciada tan de cerca, para sanar estados de angustia inherentes. A veces partes de uno mismo se quedan congeladas en un estado de shock, lo que después se manifiesta en una falta de vitalidad o de emocionalidad. Aquí hay diferentes técnicas terapéuticas que pueden ayudar a revitalizar estas partes de uno y sanar el trauma, como somatic experiencing o EMDR, entre otros.

En este proceso de sanación se aclara y se separa cada vez más lo que al comienzo era confuso y mezclado, tanto emocionalmente como al nivel cognitivo. Un gemelo es gemelo durante toda su vida, y mantendrá algunas percepciones y actitudes propias de esta vivencia tan determinante. Pero al saberlo uno se entiende mejor y es capaz de discriminar que pieza del puzzle pertenece a que lugar. Finalmente uno llega a sentirse más entero y libre para vivir su vida.

Peter Bourquin.



Comentarios de Karina Pereyra:

Desde que conocí estos datos, he encontrado respuestas asombrosas para casos aparentemente inexplicables de conductas auto-destructivas o personas sintonizadas con la muerte. Este “Síndrome del gemelo desaparecido”, suele luego representarse en personas que a pesar de tener una vida realizada, sienten un gran sentimiento de vacío, culpa y soledad que no saben a qué atribuirlo.

La conexión tan profunda, especial y particular que tienen los hermanos gemelos, es conocida no sólo en el mundo médico, sino también a nivel de legos en asuntos científicos. La psicología reporta casos de conexiones especiales que llegan a resaltar en este tipo de hermanos de manera paranormal, al punto de presentir a distancia lo que le está pasando al otro e incluso llegando a desarrollar una comunicación telepática.

En la práctica, al surgir una representación del gemelo desaparecido en el campo de las constelaciones se muestra un amor tierno y profundo entre éste y quien representa al cliente. Aunque en muchas ocasiones la persona desconoce lo que ocurrió, poder despedirse del hermano y darle un espacio de amor en su corazón le provee de una nueva y extraña fuerza.

He tenido casos donde las personas han confesado que se sentían incompletos. A veces, compraban cosas de más (números pares) o un mismo artículo lo repetían en diferentes colores. De igual modo, se sobrealimentaban como si “comieran por dos”.

Una cliente me consultó por su tendencia a tener numerosos accidentes. En el transcurso de la Constelación surgió una hermana para ella desconocida, pues su madre había tenido tan solo un embarazo. Con su pre-disposición a accidentarse la dinámica que se activaba era: “Querida hermana: yo te sigo…”. Una sencilla sugerencia terapéutica la liberó de esta lealtad invisible: buscar un espacio en su hogar para honrar a su gemela.

Un caso curioso es el de Elvis Presley hermano gemelo de Jessy, quien murió ahorcado por el cordón umbilical. La abuela le repetía constantemente al niño sobreviviente: “tú mataste a tu hermano estrangulándolo”. Tal vez esta razón nos permite comprender la gran disfunción emocional que Elvis padeció toda su vida. El uso abusivo de drogas es una especie de suicidio prolongado.

El sentimiento de culpa por la muerte de su hermano pudo ser la fuerza que le llevó a transitar a destiempo el camino de su propia muerte. La hermana de Elvis refiere que en los conciertos el artista le dedicaba canciones a su hermano y decía que él lo acompañaba en el escenario.

Elvis siempre mencionaba a su hermano Jessy al punto que éste era conocido por sus amigos, allegados, el público de sus conciertos y fans, entre otras personas. En vida el “rey” pidió que lo enterraran junto a su hermano y en la lápida aparece el nombre de ambos. Hasta ese grado llegó su amor ciego.

Los médicos dicen que la historia de Elvis es más común de lo que uno se imagina. Tal vez esta es la respuesta para comprender la tendencia a la culpabilidad, melancolía, conductas auto-destructivas, vacío y soledad de personas aparentemente realizadas. Quizás su malestar se explica con el “síndrome del gemelo desaparecido”.

Una reflexión consteladora #3


Muere lentamente.


Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su vestimenta
o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión
y su remolino de emociones,
justamente éstas que regresan el brillo a los ojos
y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está
infeliz con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto
para ir atrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera
una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...

¡ Vive hoy !
¡ Arriesga hoy !
¡ Hazlo hoy !
¡ No te dejes morir lentamente !
¡ No te impidas ser feliz !

Pablo Neruda

lunes, 20 de septiembre de 2010

Reflexionando sobre el otoño…



La palabra otoño designa a una de las cuatro estaciones del año que se sucede entre el verano y el invierno y por supuesto, de acuerdo a la parte del hemisferio en el cual se esté, esta estación presentará variaciones en su inicio. Generalmente, en el hemisferio norte comienza el 21 de Septiembre y finaliza el 21 de Diciembre y por su lado, en el hemisferio sur se extiende desde el 21 de Marzo al 21 de Junio.

Una de las características de esta estación es el descenso gradual de las temperaturas comienzan a descender, los días empiezan a acortarse, las hojas de los árboles empiezan a a cambiar sus colores, desde el amarillo hacia un color café que anuncia su deshidratación y desprendimiento de los árboles -ayudadas por el viento- hasta que finalmente se entregan en Madre Tierra para servir de abono al árbol.

Este ejemplo de renuncia, desprendimiento y entrega que nos muestra la Naturaleza, es un modelo de preparación para cerrar el ciclo con la última y más dura estación del año: el invierno. Los animales que aún están sintonizados con los ritmos de la Madre, se preparan para hibernar, comiendo y guardando en sus “hogares” grandes cantidades de alimentos para enfrentar los tiempos de disminución.

Muchas personas desconectadas de su propio cuerpo, ignoran la invitación que éste les hace, por lo que el otoño suele disparar sentimientos de nostalgia, pérdida, tristeza y melancolía, que alcanza el climax con la llegada de la Navidad.




Los atardeceres del otoño nos recuerdan lo difícil que se hace a veces reconocer la necesidad de la muerte para que algo nuevo tenga la posibilidad de nacer con la primavera. A veces tardamos años en alcanzar esta comprensión para llegar a concluir: ¡Eso fue lo mejor que me ocurrió!

El cantante country Garth Brooks mostró el fruto que nos trae la madurez del otoño al decir: “Algunos de los mejores regalos de Dios consisten en no darnos lo que le pedimos”.

El otoño nos muestra la pérdida como un (a) amante amoroso (a) y amable, que se ofrece a reflejarnos que es necesario pasar por momentos de soledad, pérdida y duelo para valorar y amar lo que tenemos, incluida la vida que aún nos acompaña. Con frecuencia la búsqueda de lo perdido nos lleva a encontrar lo que habíamos olvidado. Otra cosa que suele pasar es que descubrimos que algo falta bastante tiempo después de que ha desaparecido.

Las pérdidas nos hacen diferenciar entre la necesidad y el deseo. Lo curioso es que superamos más fácilmente las grandes pérdidas (muertes, divorcios, enfermedades), que las pequeñas pérdidas (una llamada, la agenda, una cita, las llaves), y es que las grandes pérdidas nos zarandean de tal modo que nos obligan a reaccionar, en cambio, las pequeñas pérdidas nos torturan emocional y psíquicamente disparando nuestros mecanismos de defensas, en especial la resistencia y la negación.

El desprendimiento es un arte como lo muestra uno de los personajes de Charles Dickens que para decidir si algo había sido perjudicial lo proyectaba en un siglo haciéndose la pregunta: ¿Esto que me está pasando tendrá importancia dentro de 100 años? Si la respuesta era una negación dejaba de pensar en eso a menos que no fuera para tomar acción.

Desde el principio de los tiempos la Vida se ha sostenido en los movimientos de Nacimiento-Muerte-Nacimiento. Si la hoja se entrega a la Tierra y abona los nuevos árboles, sigue con vida en ellos. Por tanto, las auténticas pérdidas de la vida son: despertar sin pasión y descansar sin agradecimiento.

Este método me ha dado muy buenos resultados profesional y personalmente. Poco a poco dejamos de reaccionar a los eventos, para responder frente a ellos. Todos los días algo se pierde…todo los días algo o alguien muere…sin embargo, la Vida sigue con tus pérdidas o sin ellas.

Karina Pereyra.
Psicoterapeuta.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Una reflexión consteladora #2

Una reflexión consteladora #1

La re-conquista del paraíso y la curación de lo femenino.

Parte I.
Para Bert Hellinger, teólogo, pedagogo y filósofo alemán, las configuraciones sistémicas son “filosofía aplicada”, haciendo así referencia a las percepciones de la vida y del actuar de las personas y la comprensión de las mismas, a partir de las dinámicas que percibimos y observamos dentro de los sistemas.

Este efectivo y amoroso recurso se apoya en la “Fenomenología”, una corriente filosófica donde la experiencia debe ser simplemente descrita como se da, sin análisis, sin prejuicios, sin críticas ni culpas. La postura fenomenológica nos permite distinguir entre la apariencia (fenoménico) y la verdad (realidad).

De aquí, que por medio de la configuración sistémica nos abrimos a nuevas comprensiones que nos hacen ver nuestras desconexiones con lo que es real. De ese modo, el tema que se observa bajo el lente de las Constelaciones Familiares, muestra verdades no vistas con anterioridad. Con frecuencia descubrimos que quienes pensamos eran los buenos no son tan buenos, y nos sorprendemos al ver que los malos no son tan malos.

En mi experiencia, el peldaño más difícil de escalar en este camino consiste en superar el “psicologismo” para “retornar al origen” y sostenernos en las formas lógicas originales donde “el mundo es como es”.

Las primeras religiones se formaron mediante la observación del cielo y la tierra, lo que relaciona estrechamente la observación filosófica con la mayoría de las religiones. Esta es la razón por la cual aparecen en muchas de ellas, los mismos rasgos mitológicos que atribuyen las mismas características a sus dioses.

A partir de la Edad Media hubo un movimiento filosófico que se alejaba de las creencias y explicaciones religiosas, y del Dios que nos dieron a conocer los líderes religiosos. Se creía que el ser humano tiene el poder de tomar el destino en sus propias manos y de determinarlo mediante la mente. De este modo, la Vida se redujo a una visión lineal de Causa-Efecto.


La visión lineal nos hace mirar la Vida como un “vaso medio vacío”. Nos sumergimos en la pareja arquetípica Víctima-Victimario (dos caras de una misma moneda) y el Juez. O nos sentimos culpables por nuestras fallas y nos auto-castigamos, o requerimos de un “otro” que nos juzgue o que nos permita juzgarlo. Ambas posiciones nos muestran la cara del dolor para provocarnos hacia un movimiento sanador.


La visión circular junto a las posturas fenomenológicas utilizadas por las configuraciones sistémicas nos conecta al poder de la Creación, a la fuerza de la Vida y a la cotidianidad de los Milagros. Quien es capaz de ver de esta manera no puede más que rendirse con humildad a la Grandeza.

La primera postura nos hacer caer del paraíso para sintonizarnos con la vergüenza, el dolor, la escasez, la culpa, la separación y la enfermedad. Todo lo que enjuiciamos, tememos, criticamos, culpamos o nos hace falsos nos deja en “la oscuridad del que no ve”.

La segunda postura nos hacer retornar al paraíso y nos da el poder para desatar las Bendiciones del Cielo aquí en la Tierra. En esta nos sujetamos a la autoridad de aquel que nos creó, nos prometió la Tierra por herencia y nos coronó como príncipes y princesas para que señoreáramos en ella y fuésemos co-creadores con Él.


Karina Pereyra,
Terapeuta en Constelaciones Familiares.

En la siguiente entrega: "La duda; delatora de la traición al corazón".

martes, 14 de septiembre de 2010

Desde el recuerdo.



Escribí para ti muchos
poemas desde la bruma
desde el recuerdo...
Preferí no dejarte, simplemente,
Y dejarme yo mismo en mi abandono...

Templé mis sentimientos,
Y dejé mis tristezas en abandono
Y dejé mi amargura en los renglones
De muchísimos versos...

Yo seguiré queriéndote como antes,
Yo seguiré quebrando mis desvelos,
Y al abrir los caminos
De mis triunfos y abrojos.

Te nombraré como antes con cariño,
Te daré cada triunfo, con arrojo,
Buscaré tu consuelo en mis pesares,
Y tendré mil palabras para hablarte
De amores inmortales...

Escribiré tambien para quererte
Y para hablar a todos que te quiero...
Escribiré para ti muchos poemas
Desde la bruma, desde el recuerdo...

Autor: Dr. Héctor Pereyra Ariza.
27-04-1936
14-08-2010.


"Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño,
así una vida bien usada causa una dulce muerte".
Leonardo Da Vinci.