jueves, 29 de septiembre de 2011

Shanah tovah.



En hebreo, Rosh Hashaná significa "cabeza del año", y representa el comienzo del año judío que conmemora la creación de Adán, por lo que se considera la celebración de cumpleaños de la humanidad. En el 2011, la fiesta se celebra del 28 al 30 de septiembre.

El tema principal es el reconocimiento de Di-s como nuestro Rey y Creador. Los cabalistas enseñan que la existencia del universo depende de esto, ya que así renovamos el vínculo de que "Somos su pueblo y El es nuestro Rey".

Antes, vivimos un tiempo de mucho trabajo ya que se limpia a fondo, se ordena y se acomoda la casa (el cuerpo) para recibir la llegada de tan ilustre invitado. Imagínate que te anuncien que el presidente de la republica ira a tu casa. Por muy bien ordenada que la tengas ante este honor querrás estar a la altura, y es por eso que muchos han intensificado sus esfuerzos de limpieza y purificación antes de la fiesta.

Cuando recibimos a personalidades en nuestra casa, solemos limpiar de antemano las piezas de plata y cristal que estuvieron guardadas, de modo que llegado el tiempo de recibir al invitado, podamos estar listos, descansados y de buen ánimo para disfrutar como lo hizo María y no estar afanados como Martha.

En Rosh Hashaná, Di-s entra en nuestra casa (corazones). Si durante todo el año estamos conscientes del tiempo de la "visita", los preparativos anteriores no serán agotadores, ya que nos vamos a ocupar de mantener las cosas en plena forma durante todo el año. Cuando ese no es el caso, la tarea de aceptar a Hashem en Rosh Hashaná como nuestro Rey de Reyes es casi imposible.

Este "trabajo de limpieza" se compone de cuatro aspectos básicos: 1- Ha'Chet Azivas o Dejar el pecado, 2- Charatan o arrepentimiento del pecado, 3-Vidduy o confesión de los pecados, 4-Kabala L'Habo o compromiso firme.

Los sabios dicen que cuando alguien asiente a purificarse, Di-s le ayuda, por lo que el primer paso hacia la purificación es darnos el permiso de que se realice, el trabajo fuerte lo hace Hashem. De ahí que, la celebración central de Rosh Hashaná descansa en el toque del shofar o cuerno de carnero que es un llamado al arrepentimiento.

Debemos recordar que Rosh Hashaná es también el aniversario del primer pecado del hombre y su arrepentimiento, iniciando así el primero de los "Diez Días de Arrepentimiento", que culminan en el Yom Kippur o Día de la Expiación.

En el transcurso del servicio de Rosh Hashaná se escuchan 100 explosiones shofar en total. Comer un pedazo de manzana bañada en miel es una tradición que simboliza el deseo de un año dulce como las bendiciones y la abundancia. Además se bendicen los unos a los otros con las palabras Leshanah tová tikateiv veteichateim, que se traduce como "Que seas inscrito y sellado para un buen año."

Al igual que en nuestras tradiciones caribeñas, se tiene por costumbre hacer una “limpia” en agua de río o en el mar y se recitan oraciones. Las limitaciones de edad se quedan detrás y se recibe el nuevo año con un borrón y cuenta nueva.

En las principales fiestas judías, las mujeres encienden las velas, por lo que en las dos noches de Rosh Hashaná se encienden las velas, se recita el Kidush sobre el vino, se emite bendición sobre la jalá, y se disfruta de una comida especial para celebrar la fiesta.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Confía en tu intuición.


Habían pasado tres semanas y ese hombre no salía del laberinto por más planos mentales que construyera en su cabeza. Todos los caminos se le antojaban familiares, cada pared estaba repetida, reconocía cada esquina y ni el viento ni la luz del sol entraban en aquél torbellino de calles enredadas.

“¿Por dónde entró esa mariposa?”, se preguntó mientras un sexto sentido lo impulsaba a seguirla incondicionalmente, haciendo oídos sordos al juicio de la razón. El pequeño insecto aleteó con la misma fuerza y dirigencia que un ejército de soldados y guió al prisionero del laberinto hasta conquistar la salida … Y es que muchas veces lo que pone luz en nuestras tinieblas no es el foco de la razón, sino la chispa de la intuición.

Tomado de plano creativo.

A veces la desgracia es una suerte.


Había una vez un hombre que había hecho siete máscaras y las usaba permanentemente. Un día entraron ladrones en su casa y las robaron. El hombre, desesperado, comenzó a seguir a los ladrones gritando: “¡Ladrones, ladrones, devolvedme mis máscaras, no os las llevéis!” Los ladrones corrían y corrían y el hombre los seguía por toda la ciudad.

En un determinado momento, los delincuentes empezaron a trepar por un edificio y el hombre levantó su rostro para verlos. Por primera vez los rayos del sol dieron en su cara y, entonces, sintió el calor del sol.

En ese momento, ese hombre que hasta hacía unos instantes lloraba por sus máscaras, comenzó a gritar: “Ladrones, benditos ladrones que me han robado mis máscaras”.

Jalil Gibran

Una reflexión consteladora 19.

martes, 27 de septiembre de 2011

Sin quejas.


Cuando dejas de quejarte tu mente y tu cuerpo cambian. Yo propongo un ayuno de lamentos.

¿Cómo se hace eso?

Te pones una pulsera que te recuerda que debes estar 21 días sin quejarte. Si te quejas la cambias de muñeca y vuelves a empezar. He visto mejorar considerablemente a muchos pacientes con trastorno bipolar. Si dejas de nutrir el pensamiento con palabras negativas cambia tu estructura emocional…

Alejandro Lorente.
Extracto de una entrevista en La Vanguardia

domingo, 25 de septiembre de 2011

Un árbol sano es el que da buenos frutos.


Pensamos que hemos escogido la profesión y la vida que llevamos por propia iniciativa, y, cuando investigamos a fondo la historia familiar, descubrimos con asombro que hicimos lo que papá o mamá desearon silenciosamente, lo que alguno de nuestros abuelos o abuelas soñaron, o tal vez lo que convenía para reequilibrar algún desajuste familiar de fondo.

Para saber quiénes somos resulta imprescindible desarrollar nuestro árbol genealógico por lo menos hasta la altura de los bisabuelos. El árbol nos muestra el terreno donde se forjó nuestro carácter, también los secretos y las estructuras inhibidoras que hemos heredado de nuestro “clan”.

Normalmente es el árbol responsable de que tendamos a un nivel de consciencia determinado, el mismo que tenía el árbol cuando vimos la luz por primera vez. El simple hecho de considerar la sanación del árbol, ya es un paso. De satisfacer sólo el centro material, se irá pasando a conquistar las motivaciones de los demás centros: creativo, emocional e intelectual. Paso a paso, guiados por el Ser Esencial y apuntando siempre a la finalidad que uno mismo encarnó, en lugar de la que hemos tomado de los demás.

La mayoría de nuestras dificultades reflejan, en general, conflictos no resueltos en la estructura de nuestras familias. Desde pequeños, y de forma totalmente inconsciente, los absorbimos. Ahora, los conflictos que crecieron con nosotros, se vuelven a presentar en nuestras vidas aunque en manera diferente a como se presentaron en las generaciones anteriores.

Desde nuestra llegada al mundo, nuestros padres proyectaron inconscientemente sobre nosotros todo tipo de deseos corporales, sexuales, emocionales e intelectuales, que acabaron programando nuestras vidas en su mayor parte. El proyecto parental genealógico, nos hizo asumir desde la infancia el deber de realizar las proyecciones que otros familiares, en su tiempo, ya les trasmitieron a nuestros padres.

Cargar con esta Orden Familiar de forma inconsciente y con las que nuestra ‘Ser Esencial’ no está de acuerdo, puede ser fuente de desequilibrios, insatisfacciones, frustraciones de origen desconocido para nosotros. Simplemente no nos sentimos bien pero no sabemos el por qué.

La mayor parte de nuestros conflictos, desórdenes, pulsiones, enfermedades y contradicciones, se forman con la identificación a figuras de la familia que nos han marcado y a las que seguimos siendo fieles, a pesar que nos resulta doloroso, paralizante e autodestructivo.

A la vez estos personajes a quienes somos fieles, se identificaron con otras figuras del pasado, formando una cadena de herencia de conflictos que se siguen repitiendo. De la misma manera en la que nuestros padres influyeron sobre nosotros, ellos fueron influenciados por nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. De diferentes maneras, todos mantenemos una fidelidad inconsciente a nuestra historia familiar.

Lo que recibimos de nuestros padres lo transmitimos a nuestros hijos y así sigue la repetición de generación en generación, marcando el destino de cada personaje del árbol. Es necesaria una toma de consciencia que aporte la fuerza para movernos en otra dirección a la luz de nuestro poder personal para lograr el viaje que nos transforma en héroes para el árbol. Jodorowsky dice que un árbol sano es el que da buenos frutos.

Hay lecciones que nadie te puede enseñar.


-Maestro, me han dicho que sabe luchar, enséñeme.

-Bien. Estas son las cuatro tomas fundamentales: una, dos, tres y cuatro.

-¡Una, dos, tres y cuatro! ¡Domino las cuatro tomas! ¡He aprendido a luchar! ¡Ya sé tanto como usted, Maestro! ¡Y soy más joven! ¡Voy a combatir contra usted y le ganaré!

-Bien. Combatamos.

-¡Una, dos, tres, cuatro…!

-¡Y cinco!

-¡Trampa! Usted me dijo, Maestro, que sólo había cuatro tomas, pero conocía otra. ¿Por qué no me la enseñó?

-La quinta toma me pertenece, es intransmisible; depende de la forma de mi cuerpo, de la consistencia de mi carne y del nivel de mi conciencia. Si quieres ser un buen luchador, encuentra la última toma, la que sólo a ti pertenece, la que nadie más te puede enseñar.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Lealtades invisibles.


A veces la lealtad invisible a la familia sobrepasa los límites de la sensatez y sin embargo se repite. Solemos mantener una poderosa e inconsciente fidelidad a nuestros designios familiares: a sus tradiciones, a sus traumas, a sus secretos, a sus proyectos más o menos advertidos. Adoptamos los sentimientos de la familia como si fueran propios…

Anne Ancelin Shützenberger.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Este es un tiempo de cosecha!



Equinoccio significa energías en equilibrio. Este día la cantidad de luz y oscuridad se igualan, tanto en el día y la noche, como en nosotros mismos. La experiencia es hacer la conexión entre el mundo interior y el exterior, y al mismo tiempo, conciliar dos elementos aparentemente contrarios de nuestra vida.

El impulso hacia el equilibrio nos acerca a las energías de la naturaleza. Del mismo modo que la Madre Tierra se sacude para liberar todas las energías inarmónicas, muchos de nosotros estamos teniendo fuertes sacudidas para restablecer el bienestar. Se siente mejor así y las cosas fluyen con más naturalidad.

En el inicio, estos movimientos se expresan de manera caótica antes de que el bienestar pueda reinstaurarse. Los animales saben instintivamente que este tiempo es de purificación. Cambian el pelo, la alimentación, su ciclo de sueño, etc, en cambio nosotros lo vemos como una época de crisis.

El equinoccio nos muestra que el equilibrio es un momento poderoso aunque efímero. Mientras el sol continúa su trayectoria a través del cielo hacia el solsticio de invierno, el momento de equilibrio desaparece y la oscuridad va en aumento. La realidad tal como la conocemos es un 1% de luz y 99 % de oscuridad, ya que mayor cantidad de luz destruiría nuestra vasija.

Lo interesante es que aunque la cantidad de oscuridad es mayor, la potencia de la luz hace que tenga el poder para despejar la oscuridad. Este momento poderoso de equilibrio puede ser aprovechado dos veces al año, primavera y otoño, como un punto de apoyo para impulsarnos en la dirección que hayamos elegido y reposicionar nuestra conciencia en el momento.

Es un buen tiempo para reconocer dónde hemos estado y hacia dónde deseamos ir. El equinoccio de otoño es el tiempo de la cosecha, pero antes debemos “sembrar”. Si queremos una buena cosecha en el 2012, debemos escoger de los mejores “frutos” de la cosecha de este año para hacer nuestra siembra, y para eso el agricultor más sabio es el corazón.

De la semilla al fruto.


En una isla desierta crecían árboles sin nombre…sin frutos…sin hojas…árboles secos de corteza aterciopelada y cuyas ramas dibujaban copas de una belleza sublime. Esa isla, vista desde el cielo, era un inmenso bosque misterioso que se extendía por toda su superficie. Sólo vivía en ella un ave milenaria, mitad búho mitad águila que guardaba el secreto de las semillas que hicieron crecer esos árboles de caprichosas formas. Él sabía que en estas semillas habitaban las almas de los hijos no nacidos de todas las parejas estériles de la historia de la humanidad.

Resistencias para ser quien soy.

La psicogenealogía parte de la premisa de que determinados traumas y comportamientos inconscientes se transmiten de generación en generación, por lo que para que un individuo tome consciencia de ellos y pueda desligarse de los mismos es necesario que estudie su árbol genealógico.

Cada vez que nosotros “movemos algo” nuestro clan completo también se mueve. La razón es que el inconsciente familiar intenta reequilibrar la situación. Con frecuencia vemos que una persona no quiere o no puede cambiar porque se ha identificado más con la identidad que le dio el árbol que con la suya propia.

El ser humano es el único animal que nace inmaduro, lo que le obliga a ser dependiente de sus padres o alguna persona que le ayude a sostener su vida. Muy tempranamente aprendemos las vías para vincularnos a aquel que necesitamos: someternos, complacer o manipular a quienes nos ayudan.

En los primeros años de crecimiento, lograr esto con éxito es sinónimo de seguir con vida, sin embargo, algunas personas en la edad adulta aun conservan este pensamiento infantil, por lo que piensan que si cambian el clan los va a expulsar y estarán en riesgo de muerte. Este es el origen de l al crecimiento.

En psicogenealogía, la primera tarea que tenemos es descubrir cual es “la trampa” de nuestro árbol genealógico. Para tener las pistas que guíen la investigación, la primera pregunta de un arbolista es ¿Cuál es nuestra finalidad en la vida? La respuesta apuntará a las prohibiciones de la familia.

Decir que mi finalidad es ser feliz… indica que tu árbol lo tiene prohibido. En familias muy religiosas, se bloquea la felicidad, porque durante siglos se creyó que la vía para llegar a Dios era el sufrimiento.


Los cambios son percibidos como amenazas.

Las resistencias son fuerzas contrarias al cambio. Son como corrientes marinas que se oponen al avance de un barco. Se manifiestan sin que seamos conscientes e influyen tanto en nuestro comportamiento, como en las “coincidencias significativas” o sincronicidades que nos ocurren en el momento en que se pone en marcha un cambio.

Jodorowsky dice que el árbol genealógico actúa como un camarero que lleva su bandeja, cargada con vasos y botellas, apoyada sobre una mano. Cuando un vaso se sale de su sitio (alguien que toma consciencia), toda la bandeja se desequilibra y eso es lo que el camarero tratará de evitar. El camarero se contorsionará y pondrá toda su atención en encontrar un nuevo punto de equilibrio, antes de que todo se le vaya abajo.

Este es el momento donde el árbol “grita” porque el sistema entró en desequilibrio. Para comprender este proceso, debemos tener la conciencia de que el árbol genealógico es un ser vivo y lucha por su permanencia. Cuando nos movemos, todo nuestro “clan” va con nosotros y esto es sumamente amenazador para el árbol.

Todas las transformaciones son delicadas y requieren un espacio seguro y todo nuestro amor para ser completadas con éxito.

Nuevos problemas + viejas formulaciones = 0 soluciones.


Los demás son mi espejo.

La proyección es atribuir al otro, pensamientos, sentimientos o imágenes que han emergido dentro de nosotros y de ese modo inconscientemente nos protegernos de una situación que no podemos controlar. Por ejemplo, para un niño que no recibió los cuidados que necesitaba de su madre, es mucho menos doloroso pensar que la vida (Dios, el mundo, la gente) no nos da lo que necesitamos.

Esta persona podría creer que solo cuando muera y vaya al cielo podrá tener lo que necesita, en vez de enfrentarse a las carencias que ha padecido en su infancia por una madre egoísta, ausente, irresponsable, herida, etc

Cara a cara de nuevo frente al otro

cuando soy capaz de verlo

sin intentar modificarlo

cuando me abro a dialogar

sin pretender etiquetarlo

cuando me propongo amar

sin exigir recompensa a cambio

me descubro espejo

y mientras lo reflejo

me conozco a mi
 
El pasado pesa y también pasa…

Conservar la rabia, el miedo o el rechazo y proyectarlo en el otro, permite evitar entrar en el inmenso e irreparable dolor de un pasado al que nada puede modificar. Lo único sano que podemos hacer con el pasado es soltarlo y seguir adelante. De la misma manera que la rama cortada en un árbol no podrá volver jamás a brotar en el mismo lugar, las carencias de nuestro pasado nunca serán plenamente colmadas.

Muchos de nosotros nos amargamos por eso, en cambio el árbol sigue creciendo en todas direcciones y le podrán brotar innumerables ramas nuevas. Identificar nuestras proyecciones supone y permite celebrar un duelo por aquellas reparaciones que jamás tuvieron lugar, así como continuar creciendo en las múltiples direcciones que nos sean accesibles al día de hoy.


Junto a nosotros hay muchos…

No vemos lo que somos, sino lo que nos dijeron que éramos, lo que quieren que seamos, o lo que hemos inventado de nosotros mismos. Nos marcan guiones, patrones, contratos…Los aceptamos, los seguimos, los cumplimos…y somos infelices. Jodorowsky dice que la felicidad consiste en llegar a ser lo que somos.

Todos nosotros estamos acompañados en todas las circunstancias por nuestros ancestros. Las culturas ancestrales tienen la conciencia de que los “ancianos”, los “sabios”, los “antepasados” están siempre junto a nosotros, por lo que nos acompañan unas catorce personas como mínimo: los padres (2), abuelos (4) y bisabuelos (8).

Me gusta decir que toda experiencia personal es siempre colectiva. Nuestro éxito también es el éxito de nuestro árbol genealógico. Lo que nos damos a nosotros mismos, se lo estamos dando a nuestros antepasados y a las futuras generaciones. Del mismo modo, todo lo que no doy, se los quito también a ellos.

Me inclino para ofrecerle

aquello que me da,

sólo puede regalarme

lo que ya poseo.

Siete días lo alimento

siete días me nutro yo,

para reconocer

hay que conocer primero.

¿Cómo se puede echar en falta

lo que ya nos habita?

Siempre regresamos a nosotros mismos.

Las alas de la mente aligeran el corazón.

La mayoría de la gente tiene conciencia de que somos materia física,. Algunos sabemos que también somos esencia. Lo que la mayoría de la gente olvidamos es que el resto el resto de lo que somos lo creamos en nuestra mente. Lo grave es que el contenido de la mente es prestado…de la sociedad, el entorno, la educación, la cultura, la familia! Lo que creemos ser es todo lo que debemos dejar para empezar a hacer el trabajo.

Nota: Extracto de la charla del mes de septiembre en la librería Thesaurus.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Me regalo el futuro.


Cuando hay algo que nos impide avanzar y ya lo hemos mirado, es preferible centrar nuestra atención en lo que tenemos, que en lo que nos falta y permitió que el malestar se instaurara.

Sufrir es más fácil que asumir la solución, ya que de este modo puedo continuar en la zona cómoda manteniendo el amor ciego que me permite responder a la ley del árbol: la repetición.

Hasta que nuestra mirada no se acompañe de una acción, la toma de conciencia no surge. Cómo es arriba, es abajo…es imposible darse cuenta de algo y seguir respondiendo desde el mismo lugar.

En la iglesia le llaman a este proceso ¨arrepentimiento¨ que no es más que el cambio de dirección que está alineado con el movimiento de la conciencia. Es cambiar la dirección que llevaba porque me di cuenta de ¨algo¨.

Cuando alguien hace una toma de conciencia, nace una nueva criatura que responde a una realidad diferente al viejo ser que éramos. Puedo entonces, romper con las cadenas de repeticiones, contratos, trampas, embrollos, y me libero del pasado para vivir la sanación en vez de alimentar mis heridas.

Marianne Costa propone un ejercicio que consiste en imaginar como será todo cuando estemos sanados. Se trata de conectar con las creencias, emociones, deseos, estilo y lugar ocupados por el ser sano que deseo ser, en vez de sintonizarme con todo lo enfermo que fui.

Tal como dijo Einstein: si lo puedes imaginar, lo puedes crear.

Para entrenar mi mente y educarla en esta realidad creada en forma deliberada, puedo regalarme un ¨futuro¨ en el que ya estoy sanada y entonces respondo desde ahí. Por ejemplo, me imagino hoy es día 18 de septiembre del 2016 y respondo:

1.-ESTOY….

2.-SIENTO…

3.-AMO…

4.-HAGO…

5.-VIVO…

6.-LA REALIDAD ES…

7.- MI CÍRCULO DE GENTE…

8.- MI FAMILIA…

9.- MI MUNDO…

10.- EL MUNDO…

De este modo, me regalo un futuro y me doy el permiso de sanar y vivir en agradecimiento mi sanación. Si aún no tienes mucha práctica, te recomiendo que en vez de 5 años, hagas el ejercicio con un mes y te pongas metas alcanzables. Por ejemplo, hoy es 18 de noviembre del 2011 y…(respondes desde la persona que eres en ese momento)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Hay más tiempo que vida.


-Maestro, ¿qué explicación tiene el hecho de que suframos tanto por hechos del pasado o por miedo a lo que pueda sucedernos en un futuro?

-El cerebro humano, maravillosa máquina aliada para la supervivencia de la especie, creó el concepto de tiempo lineal: hay un pasado y un futuro. Este aparato biológico contiene archivos de memoria útiles para el aprendizaje y esas capacidades para anticipar y programar tan valiosas para ser efectivos en tantas tareas. Pero el resto del cuerpo sólo entiende de resolver con la acción en el presente. Cuando algo nos post-ocupa (de lo que entendemos pasado) o pre-ocupa (de lo entendemos futuro) sufrimos, cuando algo nos ocupa en el presente actuamos.

Y le entregó un sobre con información adicional en el que se podía leer: “Sólo pregunta por el futuro aquel que está a disgusto en su presente. Lo mejor que podemos hacer con el pasado es conocerlo para no repetirlo”.

Bendigo al Dios en ti.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Oración de Santa Teresa.


Que hoy tengas paz...
Que confíes en que El Señor te tiene exactamente en donde tienes que estar.
Que no olvides las posibilidades infinitas nacen de la fe.
Que utilices esas gracias que has recibido
y que pases a otros ese amor que te ha sido dado...
Que para ti sea suficiente el saberte hijo de Dios.
Permite que esta presencia se aloje en tus huesos
y que le de libertad a tu alma para cantar, bailar, alabar y amar.
Esta ahí para cada uno de ustedes.
Amén.

martes, 6 de septiembre de 2011

Un curioso regalo para un chamán.


Hace unos días un querido amigo, médico, chamán y terapeuta en Constelaciones Familiares, celebraba su cumpleaños y elegí como regalo un símbolo que nos recuerda aquello que nos une, y a la vez muestra por las creencias que tengamos en el lo que nos separa: Una mano de Fátima.

Llamada también hamsa (خمسة), este objeto se asocia al número cinco, los dedos de una mano, y a los cinco pilares del Islam. Es un potentísimo talismán de protección. El mal queda detenido en la palma de la mano. Es de origen islámico, siendo muy popular en Oriente medio y la India.

Por sí misma la mano es un símbolo de la Shariah, la ley islámica, pues tiene cinco dedos pero todos están sometidos a la unidad de la mano, que les sirve de base. Cada uno de estos dedos representa un mandamiento fundamental de la ley islámica que complementan y adquieren el sentido de unicidad de Dios.

 
- Creencia en Alá, en los profetas, los ángeles, el Corán y el juicio final.

- La oración cinco veces al día.

- El diezmo.

- El ayuno en el mes de Ramadán.

- La peregrinación a La Meca.

De este modo, cada dedo representa una virtud (caridad, ayuno, oración, peregrinación y fe), muy similares a las virtudes cristianas. para los judíos, los dedos de la mano representan los cinco libros de la Torá, mientras que otros ven en ella un símbolo de la paz y de la unión entre los pueblos.

Fátima era la hija mayor y más amada de Mahoma el profeta y fundador del Islam. Cuenta la leyenda que Fátima estaba en su casa preparando la cena para su marido Alí, cuando este llegó con su segunda mujer inesperadamente. Fátima se sorprendió tanto que, dejó caer la mano en una olla de aceite hirviendo (dicen que se sintió celosa). Como consecuencia quedó lisiada de por vida y su padre escogió el símbolo de su mano para inmortalizar aquel suceso.

Este amuleto protege contra las enfermedades, da protección a la casa, nos da salud y amor, aleja problemas y discusiones y atrae la buena suerte. Se puede ver tanto en la Puerta de la Justicia de la Alhambra (sobre el arco) o simplemente pintada en las fachadas de muchas casas del norte de África.

Un día el Profeta tomo la mano de Fátima y dijo: “Quien la conoce, la conoce y quien no la conoce sepa que ella es Fátima, hija de Muhammad y ella es parte de mí, es mi corazón y mi alma de mi cuerpo, quien la moleste ciertamente que me habrá molestado y quien me molesta a mi ciertamente que habrá molestado a Dios”.

Un hecho curioso es que este talismán ha sido usado tanto por musulmanes como por judíos, y aunque ambos pretendan asignarle un vínculo con sus creencias, su origen es mucho más antigüo, ya era utilizada por los púnicos, que la asociaban con la diosa Tanit, la más importante de la mitología cartaginesa, patrona de Cartago.

Para mi, la mano de Fátima es sobretodo un símbolo de la unión, es honrada por dos pueblos cuyas religiones han sido la protagonista de uno de los conflictos más crueles que se conocen, sin embargo, ambos de cobijan bajo la misma mano (femenina además) buscando protección.

Los judíos la relacionan con los cinco libros de la Torá y la llaman "La Mano de Miriam", hermana de Abraham y Aarón. En la versión judía lleva cuatro pequeños peces colgando de la muñeca. En el hinduismo y budismo, uno de los principales mudras o gestos simbólicos es llamado “abhaya” (sin temor), y es idéntico a la representación de la Jamsa. Algunas de sus deidades aparecen con la mano derecha hacia el frente, para que sus devotos recuerden que gozan de su protección, y a veces tienen en el centro de la palma el ojo de Maat, que protege contra el mal de ojo.

La fama de la mano de Fátima ha traspasado fronteras y se ha propagado por varias culturas. En la India es un amuleto muy popular, conocido como mano Humsa. Los judíos la llaman tambien mano Hamsesh. En otros paises de Asia, el amuleto se considera particularmente poderoso para prevenir todo tipo de desgracias y enfermedades.

En Occidente se cree que este amuleto, además de proteger contra la ira, previene contra la infidelidad. En Norteamerica además se ha difundido la creencia de que la mano de Fátima protege de los terremotos y catastrofes naturales. . En España el indudable influjo islámico del símbolo de la mano de Fátima se puede apreciar grabado en uno de los capiteles de la Torre de San Pedro de Teruel.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuando un bebé viene a sanarnos.


Tengo tres hijos y crié sola. Me divorcié cuando ellos contaban 5, 3 y un año, y hoy día tienen 29, 27, y 25, sin embargo, no fue hasta un par de meses atrás que pude comprender la misión de los niños que están llegando en estos tiempos. Cada vez es mayor el número de mujeres en el mundo que crían solas a los hijos. La mayoría no planificó esta situación, y la han asumido.

Bebés concebidos en una relación ocasional, embarazos deseados por padres que no pudieron ser pareja, niños que llegan en una pareja que tiene compromisos con otro, y quizás la razón más frecuente se da cuando llega una separación o un divorcio con hijos ya nacidos.

No puedo dejar de admirar a las mujeres que aún en situaciones de riesgo, inseguridad económica, inmadurez emocional, el miedo, un corazón roto o soledad, se quedan con sus hijos y hacen con su vida algo bueno.

Hace un par de noches, un círculo de amigos celebramos el baby shower de un bebé que en su corto tiempo de existencia, es reconocido como un “sanador”. Su nombre es Diego Arturo y como el mejor de los alquimistas, ha transformado el plomo en oro en la vida de muchas personas que aún no le hemos visto con los ojos físicos.

El ha hecho resurgir nuestras capacidades nutricias, como el agua que brota con alegría de un manantial. Su presencia ha llegado para recordarnos con dulzura tiempos remotos en los que el amor, nutrición, apoyo, cobijo, confianza, intuición y rendición eran el modo natural de vivir.

Después de mucho tiempo de exageración y desborde de lo masculino, aumentado y sostenido por nosotras las mujeres, estamos en un retorno de lo femenino. A pesar de que yo misma pasé por la experiencia, y de haber acompañado como familia, amiga o terapeuta a tantas mujeres solas, es ahora cuando comprendo el llamado.


¿Qué quiere la vida de nosotros? ¿Cuál es el mensaje para las parejas y las familias? Diego Arturo me ha mostrado con claridad algunas respuestas. Aunque severa, la soledad es quizás la mejor maestra para enseñarnos a contactar nuestras necesidades reales. Nuestros ancestros tenían espacios seguros para retirase y vivir sus procesos, en la certeza de que el grupo se hacia cargo de sostenerlos, cuando sus fuerzas se agotaban.

Cuando el cuerpo o el alma de alguien se enfermaban, los demás se hacían cargo de cuidar y nutrir sus hijos. Se tenía la conciencia de que los hijos llegan a través de unos padres, y sin embargo no son su pertenencia. La crianza era colectiva. Ayer inicié un grupo en donde trabajamos los arquetipos. En principio, lo que más cuesta es cambiar la manera lineal (masculina) de ver el mundo, para recordar la relación circular con la vida (femenino).

La sanación incluye lo que fue separado por el miedo o el dolor, restaura lo que antes fue dañado, mira con amor lo que el juicio, la culpa o la crítica ignoró, rechazó o condenó. Arquetípicamente, la sanación es femenina…tal vez, más allá de todas las dificultades de ser “mamá sola” podemos encontrar el propósito que la vida tiene con nosotros.

A diferencia de nuestras antepasadas, las mujeres actuales sentimos un morboso placer en ser independientes, auto-suficientes, luchadoras y fuertes. Hasta podemos concebir sin necesidad de tener una relación con nuestros hombres. Nos hemos alejado tanto de lo femenino, que hemos perdido el rastro del camino para regresar…

La soledad nos permite pedir ayuda al entorno con relativa sencillez, y aunque podemos vivir la soledad en pareja, es mucho más difícil reconocerla y aún más que los demás nos vean como mujeres “solas” y necesitadas de protección y sostén.

En cambio, una mujer embarazada o criando a los niños sola, no tiene más remedio que contar con los demás. A veces, tiene que retornar a la casa materna, recibir ayuda económica de los padres y necesitada de recibir fuerza tomando energía femenina de las mujeres de su entorno: abuelas, madres, hermanas y amigas solidarias.

De igual modo, como los arquetipos muestran cualidades y no personas, en este proceso también intervienen hombres amorosos, nutricios, seguros y con capacidad de acoger que permiten a la mujer reconciliarse con lo masculino. Las necesidades de estas mujeres son claras para todos, principalmente para ellas, y es precisamente esa claridad lo que les permite tomar conciencia a quienes se vinculan mientras la tierna vida de sus hijos se desarrolla.

Este año he revivido de forma vicaria este proceso de sanación contactando lo femenino y necesito compartir con ustedes mis comprensiones, a modo de reconocimiento a todos los niños de mi árbol, que como mis propios hijos y Diego Arturo, eligen llegar a la vida en circunstancias especiales para regalarnos la oportunidad de sanar.


Estos bebés vienen a:

  • Mostrarnos nuestra propia necesidad de afecto y vinculación. La ternura, compasión y amor que expresamos a la madre y al niño, nos acerca a la relación con nuestra propia madre y con nuestro niño interno.
  • Simplificarnos procesos. Los adultos pueden enfocar toda su disponibilidad y todo su amor hacia el niño, sin tener que cumplir las demandas de atención, cuidados, compañía, diversión o sexo de su pareja y de este modo pueden lidiar con su propia incapacidad para crecer y satisfacer a “más de uno“.
  • Aliviarnos la culpa. Podemos lidiar mejor con la ambivalencia y culpa de ser “padres“ y también ser un hombre o una mujer. El “agotamiento” de encarnar diferentes arquetipos (padre, madre, amante, guerrero, damisela, alquimista, jefe, etc) suele ser más frecuente e intenso cuando estamos en pareja, y mucho más liviano cuando estamos solos.
  • Darnos una buena razón para seguir adelante, tomar la vida, superarnos y producir cambios, además, nos aporta fuerzas para mantener límites con las expectativas que los demás tienen de nosotros.
  • Sanar nuestra propia infancia. La crianza de los hijos nos lleva a redimensionar y valorar a nuestros padres, además de reconocer que esa tarea no es fácil e ninguna circunstancia.
  • Enseñarnos el valor de lo femenino. Conversaciones, sentimientos, belleza, creatividad, apoyo, fantasía, generosidad, juego, inspiración, imaginación y cuidados se activan con la llegada de un bebé.
  • Guiarnos de regreso a la seguridad de la tribu. La historia de la humanidad nos muestra que estamos diseñados para vivir en comunidad, compartir los recursos y disfrutar juntos la vida. Los niños no sobreviven solos y los padres no pueden cuidar solos a sus hijos. No importa lo solo que estemos, todos damos y recibimos ayuda.
Gracias Diego Arturo por recordarme de una forma tan bella que no importan las circunstancias, si no las conciencias que tienen o no las personas que las viven, y que cuando funcionamos colectivamente y dentro de circuitos de amor, la llegada de un hijo es una bendición, una Gracia, un Milagro.

Gracias por sanarme enseñándome que una “mamá sola” es aquella que se cierra a la vida y se niega a ser comprendida, apoyada o nutrida, aunque conviva con muchas personas., y que una “mamá acompañada” quizás no cuenta con las condiciones esperadas, y sin embargo, al decir “si” al regalo de la vida, es bendecida por todos los hombres y mujeres que al igual que ella respetan, aman y honran la vida.

Karina Pereyra.
Psicoterapeuta.