domingo, 2 de enero de 2011

El nombre del 2011.


Entramos al inicio de un nuevo ciclo, una nueva posibilidad de vivir la vida desde el reconocimiento de que es un insondable misterio, y lo recibo con agradecimiento, apertura, emoción y amor.

Desde hace un tiempo, tengo la costumbre de presentarme al nuevo año y pedirle que me diga su nombre. Busco un lugar tranquilo donde nadie me interrumpa y luego de hacer algunas respiraciones para sintonizarme con mi cuerpo, paso a comunicarme desde mi alma con el alma del nuevo año y le digo mi nombre y mis deseos para este tiempo….le pido su colaboración y declaro mi intención de que colaboremos juntos en su cumplimiento.

Entonces, le pido que me revele su nombre y espero que llegue…el nombre que sea que reciba, no lo cuestiono. Conocer el nombre de algo facilita que nos relacionemos y enfoquemos en lo que es nombrado.

Tener este tipo de relación con el año abre espacios para las transformaciones y los milagros. Una vez que hagas este ejercicio te vas a sentir más contento

Deseo que el 2011 esté repleto de transformaciones interiores que muestren la mejor versión de ti. Toma la decisión de hacer de este año el mejor de tu vida.

Con todo mi amor te deseo un Feliz Año Nuevo.

Namasté,
Karina.

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