miércoles, 6 de abril de 2011

El A-B-C de las Constelaciones Familiares.


Las constelaciones.

Desde que inicié mi trabajo como terapeuta en Constelaciones Familiares hace seis años, una duda frecuente es si hay una relación con el estudio de los astros. De alguna manera, la confusión es válida por el desconocimiento que hay de estas ocupaciones.

Según el diccionario, una constelación es una agrupación de estrellas que, forman parte de un sistema dinámico y en continua interacción, creando trazos imaginarios sobre la aparente bóveda celeste, y que forman un dibujo que recuerda una figura.

De igual modo, los seres humanos formamos sistemas organizados y autorregulados a los cuales llamamos “constelaciones familiares”, ya que cuando se colocan los representantes para algunos de los miembros, la manera en que se relacionan unos con otros, les llevan a ocupar unas determinadas posiciones dentro del espacio que dan origen a una figura.

Bert Hellinger.

Bert Hellinger, pedagogo y terapeuta alemán con una amplia formación psicoanalítica, filosófica y científica es el creador de las Constelaciones Familiares. A principios de los ochenta dio a conocer este innovador método, basándose en la observación de unas leyes que operan en los sistemas humanos, donde el fluir es como un río: los primeros dan más, y los segundos reciben más. Los hijos crecerán y abandonarán el hogar familiar para dar a otros lo que recibieron de sus padres. Así fluye la vida.

La familia funciona siguiendo unas leyes y unas jerarquías según el tiempo. Quien llegó antes tiene prioridad frente el que viene después; quien tiene más responsabilidad en un sistema, tiene un lugar prioritario. Es por esto, que los padres ocupan el primer lugar, seguidos de los hijos, por orden de edades, y lo mismo ocurre entre los hermanos.

El método creado por Bert Hellinger es fenomenológico y permite que la información inconsciente de un determinado sistema pueda salir a la luz, y detectar dónde las leyes fueron transgredidas. Favorece soluciones que ordenan el sistema. Hellinger llamó «órdenes del amor» a las leyes que ordenan los sistemas a fin de que sean más operativos en sus funciones, y de restablecer el equilibrio para que cada miembro encuentre su lugar para que pueda desarrollar su destino.

Estos órdenes son leyes naturales que operan en todos los grupos humanos. Su transgresión será el origen de los conflictos y discordias que se pueden manifestar como patologías individuales, familiares, grupales y sociales.

Las Constelaciones Familiares.



Nadie es más fuerte para manejar un destino que aquel que lo tiene.”

Bert Hellinger


Son las conexiones que cada persona tiene con su familia en una o varias generaciones, así como con las personas que han sido afectivamente significativas. Los miembros de un sistema se vinculan entre sí con amor y lealtad, de modo que lo que una generación deja sin resolver, la siguiente generación inocente e inconscientemente tratará de hacerlor, quedando atrapadas en temas o asuntos que no son en realidad su responsabilidad.


Existe una transmisión transgeneracional de los problemas familiares que crean una cadena de destinos trágicos, las injusticias cometidas dentro del sistema familiar, pueden inconscientemente afectar la vida de las familias con enfermedades inexplicables, depresiones, suicidios, relaciones conflictivas, trastornos físicos y psíquicos, dificultad de encontrar pareja, comportamiento conflictivo con algún miembro del sistema familiar, etc.


Lo que vemos en el trabajo es que el mismo amor que enferma es el que tiene la sabiduría de la solución cuando se vuelve consciente; las lealtades invisibles emergen durante la configuración de la Constelación Familiar. Se busca a personas excluidas, olvidadas, difamadas, denigradas, las no honradas en el sistema, las tratadas con injusticia, las que se fueron para ceder su espacio a otras y las que sufrieron vidas particularmente difíciles.


La familia es un sistema abierto que tiene unas leyes de funcionamiento que afectan a todos sus miembros, de forma consciente e inconsciente. El cambio en un miembro afecta a todos los demás, ya que están interconectados.

Los sistemas familiares -y sociales- tienden a autorregularse para asegurar su supervivencia, se nutren y se vinculan con otros sistemas, llegando a constituir clanes, grupos, comunidades, etc. enriquecidos por innombrables virtudes y, al mismo tiempo, limitados por numerosos conflictos y desórdenes que a lo largo del tiempo van embrollando a los miembros.


Cada ser humano lleva consigo una información hereditaria que está impresa en lo más profundo de su ser, que subyace en el inconsciente colectivo de los sistemas a los que pertenece y marca a cada persona de una forma particular.



Los órdenes del amor.

“Cada tragedia familiar descansa sobre una trasgresión de las leyes

que rigen el sistema.”

Bert Hellinger.

En los sistemas humanos encontramos tres leyes que juntas constituyen lo que Bert Hellinger llama los Ordenes del Amor.


-La vinculación y el derecho a la pertenencia.

Cada persona tiene la necesidad de estar vinculada al sistema al que pertenece. Los miembros de un sistema tienen derecho a la pertenencia. El no reconocimiento del lugar que ocupa un miembro (exclusión, rechazo, desprecio, olvido) tiene consecuencias sistémicas, como pueden ser la identificación o repetición de patrones a través de varias generaciones.

-La jerarquía.


En una familia es importante la función del tiempo, que define quién ha venido antes y quién después. Esto conforma un orden. Hablando metafóricamente, los ancestros son más grandes que los padres, y los padres son más grandes que los hijos. Quien ha venido antes tiene prioridad y tiene más derechos que aquellos que han venido después.

-El equilibrio entre el tomar/dar y recibir.


Todos los sistemas humanos tienen la tendencia y la necesidad de equilibrarse. Toda relación es un equilibrio, pero es diferente entre las relaciones jerárquicas (padres e hijos) y las relaciones entre iguales (parejas). Especialmente entre padres e hijos existe un desnivel natural, que no puede ser compensado por los hijos. El hijo que pretende hacer algo por sus padres, se implica con consecuencias graves.


Beneficios de esta terapia.

Luego de una CF, cada persona pueda estar en consonancia con su destino, ocupando el lugar que le corresponde en los grupos con los cuales interactúa, y pueda sostener la sintonía con la vida y realizar su propósito de una manera armónica y sostenible.

El trabajo.

Es fenomenológico y energético. Se necesita muy poca información del cliente, ya que la percepción emerge con mayor facilidad si nos limitamos a preguntar lo esencial, y eso se hace sólo justo antes de configurar la constelación, no antes.

El exceso de información estorba la apertura a la información fenomenológica que emerge, por este motivo por el terapeuta renuncia a cualquier conversación previa con el cliente o a hacer un cuestionario extenso en la constelación. Es mejor si el cliente permanece en silencio durante la constelación, y que los representantes se abstengan de hacer preguntas.


Luego de obtener la información, en un grupo, una persona se centra en sí misma y selecciona a quienes van a representar a los miembros de su familia incluyendo a alguien para sí mismo, y los sitúa en un espacio unos en relación a los otros, siguiendo su propia intuición.

Tan pronto como las personas han asumido su lugar, sienten como a quienes representan, sin siquiera conocerlos. Así, por medio de la Constelación Familiar, obtenemos una representación de lo que realmente está sucediendo en la familia.


Clientes para una constelación familiar.

El trabajo está abierto para todas las personas que deseen mirar algún aspecto que les interese realmente:

• Problemas recurrentes.

• Dificultades con relaciones personales.

• Duelos no resueltos.

• Personas que ponen en riesgo su vida.

• Rastrear las necesidades primarias del niño y, al hallarlas, trabajar el crecimiento hacia el adulto (madurez).

• Liberarse de la identificación con miembros excluidos de la familia y ocupar el propio espacio dentro del sistema.

• Darle sentido a nuestra historia personal y familiar, descubriendo lo que hemos elegido como destino (una enfermedad; un estado de aislamiento; sabotaje de la abundancia; bloqueos para encontrar y/o conservar una pareja; insatisfacción laboral, relaciones de codependencia, etc.

• Reconocer y asentir un destino difícil (la enfermedad, e incluso la muerte).

• Abordar bloqueos en alguna área de la vida.

• Tomar decisiones en momentos de cambio, crisis, o dudas.

• Observar un asunto específico a partir de la energía misma de las almas involucradas en la historia.

• Aprender a tomar y a dar el amor.

• Personas que quieren mejorar el servicio que brindan desde sus profesiones (psiquiatras, psicólogos, terapeutas, trabajadores (as) sociales, maestros, abogados, entre otros).

• Todos los que quieran asumir su lugar en la familia dejando a los demás con su propia responsabilidad y sus respectivos lugares de dignidad dentro del sistema.


Requisitos para hacer la constelación familiar.

¡Tomar la decisión y asumir la responsabilidad de moverse!

Nota: Este método no requiere de la presencia de toda la familia, una sola persona que haga su trabajo tiene la fuerza para impactar todo el sistema familiar. Ni los constelados ni los representantes necesitan tener conocimiento, habilidad o entrenamiento previo. Este trabajo también se puede realizar de forma individual, aunque el grupo estará presente de diferentes formas, con muñecos, visualización, tapetes en el suelo, sillas etc. y se trabajará con los mismos esquemas y metodología de abrirse a la percepción.

Karina Pereyra.

Terapeuta en Constelaciones Familiares.

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