jueves, 17 de octubre de 2013

Empezar a amarnos se logra al honrar a los padres.



Hay una razón poderosa que puede empujarnos a iniciar la tarea de restaurar el amor hacia nuestros padres: sólo logramos amarnos a nosotros mismos cuando los amamos y honramos a ellos. En lo más profundo de cada uno de nosotros, por muy graves que fueran las heridas, los hijos seguimos siendo leales a nuestros padres e inevitablemente los tomamos como modelos y los interiorizamos dentro nuestro. De algún modo, conectamos con una fuerza que nos hace ser como ellos. Por eso, cuando somos capaces de amarlos, honrarlos, dignificarlos y respetarlos, entonces podemos hacer lo mismo con nosotros y ser libres. Es muy sencillo: nos encadena lo que rechazamos y sólo lo que amamos nos hace libres.


Joan Garriga
Libro ¿Dónde están las monedas? Las claves del vínculo logrado entre hijos y padres

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