María es bendecida no por haber llevado a Cristo en su cuerpo, sino por haberle dado a luz en el espíritu. Y en esto cada quién puede llegar a ser igual a ella.
Al costado de María se encuentra José de pie, que traducido literalmente significa: “Aquel que debe añadir”. José es un carpintero, un constructor de las formas. Como es carpintero se relaciona con la madera, que proviene del árbol, tema central de la mitología cristiana.
El árbol comienza su historia en el Paraíso como el árbol del conocimiento, y del mismo árbol del conocimiento se erige posteriormente la cruz en el Gólgota, obedeciendo a la mitología. Y José el carpintero se relaciona con este árbol, el cual representa para el cristianismo, un signo determinante.
En medio de las figuras de María y José está tendido el niño Cristo, aquel niño Dios alrededor de quién gira toda la historia que hoy conmemoramos. Él es el principio divino, la chispa divina, el Yo, la Luz Divina, el Logos, lo real y verdadero dentro de nosotros.
Cristo es la expresión de un estado de consciencia, que hoy puede nacer en ti…en mí…en todos nosotros…
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