domingo, 8 de mayo de 2011

La familia de origen y el destino.


Las Constelaciones Familiares ponen de manifiesto que muchas de las tragedias, implicaciones o embollos en nuestras vidas, tienen relación con algún hecho que ocurrió en la familia. La mayor parte de los padecimientos se originan cuando en la familia hubo un desorden, porque la familia como un todo se comporta como si dependiera de un alma, y ésta sigue un orden. Cuando hay desvío de ese orden uno se aparta, y por consecuencia hay alguien en la familia que se implica y sufre.

El primer orden que rige a esta alma y que lleva a sus miembros a que realmente se cumpla, es que cada miembro de la familia tiene el mismo derecho a la pertenencia, es decir, que si a alguien de esa familia se le niega el derecho a pertenecer, se queda excluido, entonces el alma trata de volver a establecer ese orden.

Un ejemplo de exclusión familiar puede ser: Las parejas anteriores de los padres o de los abuelos. Puede darse cuando un hombre o una mujer se separan de una pareja, excluyendo a esa persona de su corazón. Suele ocurrir cuando se enojan con él o ella, le hacen reproches, le echan la culpa de lo que ocurrió o le pasan juicio con el resto de la familia, los amigos o con ellos mismos.

Cuando el hombre o la mujer vuelven a encontrar una nueva pareja, y si con esa pareja tienen un hijo, entonces ese hijo puede representar a la pareja anterior bajo la influencia de esa alma grande que tratará de ordenar el desorden en un proceso que es inevitable.


Ni los padres ni el hijo saben que ese proceso se está dando. De un modo inconsciente, todos están expuestos a la influencia de esa alma grande, y entonces a veces ocurre que ese hijo se implica por ejemplo padeciendo una enfermedad similar a la que tenía esa pareja anterior. o podría querer ir a la muerte como lo quería hacer la pareja que fue excluida, y más tarde se comporta de manera similar a esa pareja.

Es decir, se une a esa pareja anterior haciendo una relación similar a la que el padre o la madre tenia con esa persona; o sea, que en esa relación de pareja ocurren entonces cosas similares a las que ocurrían con las parejas anteriores.

Una situación como esta se puede solucionar si uno conoce los ordenes del amor y es capaz de reconocerlos, es decir, si el hombre, la mujer o el hijo (una vez que sea adulto) pueden reconocer el orden y mirar con amor lo que antes se excluyó por dolor.

Quien reconoce el orden tiene un chance para ordenar el desorden. Por ejemplo, honrando a esa pareja anterior. Entonces el hombre o la mujer le dice a la pareja anterior: "yo no he estado bien, te he amado mucho y me duele que nos hallamos separado".


Un terapeuta puede utilizar con este hombre o esta mujer una historia que les permita mirar este mover del alma:

"Un hombre y una mujer emprenden juntos un camino. Cada uno lleva una mochila bien cargada con cosas buenas. Juntos caminan atravesando jardines floridos, campos maduros, tienen y sienten alegría, y cada tanto toman asiento, abren sus mochilas y comparten lo que han traído. Luego de un tiempo ese camino va cuesta arriba y uno de ellos siente dificultades, las mochilas están más livianas, pero uno de ellos se sienta para descansar mientras que el otro sigue subiendo esa cuesta. Cuando llega a la cima toma asiento exhausto y mira hacia abajo. A lo lejos ve a su pareja recuerda lo lindo que era y comienza a llorar..."

La pareja que mira hacia abajo o mejor dicho hacia atrás, tiene una determinación muy clara que le permitirá tener la oportunidad de asumir la responsabilidad de llevar toda esa vivencia a una nueva relación y al hijo. Al llorar esa persona toma al otro nuevamente en su corazón y con eso ha solucionado algo.

La vivencia en el trabajo de las Constelaciones Familiares demuestra que el orden siempre es amor, sin embargo, sin orden el amor no puede expresarse. Es así como el orden antecede al amor pero siempre lo muestra, en cambio el amor sin orden no fluye. El amor comprendido de esta forma especial, de que cada persona encuentre un lugar en el corazón, es un amor abarcativo.


Cuando se separa una pareja no hay culpables, ya que nadie es libre de comportarse de manera diferente a la que se está comportando. Cada uno esta unido a su familia de origen en modo muy estrecho. Si en la familia de origen existe un desorden, esa familia lo atraerá, llevando a la persona hacia atrás para tratar de ordenar algo. El asunto es que esta es una tarea inútil.

Mientras su familia de origen lo llama con una clase de amor ciego, repentinamente la persona pierde a su pareja de vista. La mirada está en otro sitio entonces la pareja se le escapa. Entonces los destinos de la familia de origen, se vuelven los destinos de esa relación de pareja y ninguno de ellos puede evitarlo, ya que ninguno de ellos es libre, y quien no tiene libertad no tiene fuerza ni poder para cambiar nada aunque quisiera hacerlo.

Es por esto, que las Constelaciones Familiares son un recurso valiosísimo para recorrer el camino de vuelta a casa, ordenar lo que está desordenado y tomar la fuerza para seguir adelante y ser capaces de tener una vida lograda.

Karina Pereyra.
Terapeuta en Constelaciones Familiares.
Primera parte.

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