lunes, 9 de marzo de 2015

Cada mujer es una Diosa.


Las diosas son patrones arquetípicos que descansan potencialmente en la psique de todas las mujeres. Un arquetipo es un molde original de un diseño, del que sacamos copias en el momento que se requiera. Para comprender como funcionan estas fuerzas, debemos referirnos al modelo de la piscología analítica de Jung.

Para él, todo el conocimiento de la humanidad se encuentra archivado en un gran disco duro Universal al que llamó “inconsciente colectivo”. Los arquetipos son una especie de folders en los cuales el programa almacena -y organiza- la información adquirida.

El alcance de los arquetipos es infinito. Pero me referiré a las diosas de la mujer como arquetipos de poder, y modelos de comunicación. Cuando una mujer tiene una experiencia emocional significativa, su psique entra en contacto con este banco de conocimientos y accede a estos patrones, que le permitirán sintonizar con la fuerza que mejor le ayude a responder, desde un buen lugar, a la situación que enfrenta.

Los arquetipos son parecidos a los "códigos" contenidos en las semillas. El crecimiento de las semillas depende del tipo de tierra en las que sean sembradas, de las condiciones climatológicas, de los nutrientes que contenga el terreno, de los depredadores ambientales, de los cuidados que les brinde el agricultor, y de la resistencia de la propia semilla.

Del mismo modo, una mujer puede tener varias diosas presentes al mismo tiempo, que se activarán en un momento específico. La facilidad o dificultad de incorporarlas -y usar su poder- dependerá de la combinación de elementos que interactúan en la propia psique; familia, cultura, disposición mental, y fase de la vida que esté atravesando.

La analogía entre la mujer y la semilla es grandiosa. Igual que una semilla, la mujer atraviesa por diversos periodos. Cada etapa, puede tener la influencia de las diosas que más actúan en los temas que resuenan en ese ciclo. Algunas mujeres, pueden pasar toda la vida bajo la regencia de una diosa particular, que la acompañará a lo largo de sus distintas etapas.

Cada diosa tiene una forma de conciencia determinada que favorece ciertos roles. Según la vibración energética, podemos agrupar a las diosas por categorías. Cada clan comparte actitudes hacia el mundo, modos de relacionarse, y manera de expresar el amor.

En su  libro "Antigua vida mía", Marcela Serrano dice: “Una mujer es la historia de sus actos y pensamientos, de sus células y neuronas, de sus heridas y entusiasmos, de sus amores y desamores. Una mujer es inevitablemente la historia de su vientre, de las semillas que en él fecundaron, o las que no lo hicieron, o dejaron de hacerlo, y del momento aquél,  el único en que se es diosa. 

Una mujer es la historia de lo pequeño, lo trivial,  lo cotidiano, la suma de los silencios. Una mujer es siempre la historia de muchos hombres. Una mujer es la historia de su pueblo y de su raza. Y es la historia de sus raíces y de su origen,  de cada mujer que fue alimentada por la anterior para que ella naciera. Una mujer es la historia de su sangre. "Pero también es la historia de una conciencia y de sus luchas interiores. También una mujer es la historia de su utopía".

Si quieres entrar en el mundo de las diosas y ver quienes te habitan, podrías hacerte las siguientes preguntas: 

¿Qué significa para mí ser mujer? 

¿Qué es para mí una diosa? 

¿Qué es sagrado en mí? 

¿Cómo celebro la vida? 

¿Cuál es mi pasión? 

¿Qué me gustaría sembrar? 

¿Cuál es mi herencia más preciada? 

¿A quiénes -o a qué- le guardo devoción en mi altar personal? 

¿De qué modo contacto mi poder interior?

Comparto con ustedes un grupo de diosas distribuidas en tres categorías: las diosas vírgenes, las diosas vulnerables y las diosas transformadoras o alquímicas.

1-Diosas vírgenes: Artemisa (diosa de la caza y de la luna), Atenea, (diosa de la sabiduría y la artesanía), y Hestia (diosa del Hogar)

Representan la cualidad de independencia y autosuficiencia. Son desapegadas emocionalmente, por lo que no se desvían con facilidad de lo que consideran importante. Se alejan del arquetipo de la víctima. Ya que su atención está sobre sí misma,  no sufren por los demás. Como arquetipos expresan la necesidad de autonomía en las mujeres, y la capacidad que tienen de centrar su conciencia en lo que tiene sentido para ellas.

2-Diosas vulnerables: Hera (diosa del matrimonio, la esposa), Demeter (diosa de las cosechas, la madre), y Perséfone (la doncella, la hija)

Son los arquetipos orientados hacia las relaciones, cuyas identidades y bienestar dependen de tener una relación significativa, expresan las necesidades de las mujeres de afiliación y vinculación.

3-Diosa alquímica: Afrodita (diosa del amor y la belleza)

Es la encargada de la atracción erótica, sensualidad, sexualidad y nueva vida. Facilita el entablar relaciones por decisión propia, sin ser victimizada por el otro. Afrodita mantuvo su autonomía como diosa virgen y tuvo relaciones como diosa vulnerable. El arquetipo de Afrodita motiva a las mujeres a perseguir intensamente las relaciones más que la permanencia, a valorar el proceso creativo y a estar abiertas al cambio.

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