lunes, 30 de septiembre de 2013

El árbol genealógico está vivo.


Hay que saber colocarse dentro del árbol genealógico de cada uno y entender que no sólo es pasado: ¡está muy vivo y presente en el interior de cada uno de nosotros! El árbol vive en mí. Yo soy el árbol. Yo soy toda mi familia. Me tocan la pierna derecha y papá empieza a hablar, el hombro izquierdo y la abuela empieza a gritar. Cuando me adentro en mi pasado, me adentro en el de mis padres y mis antepasados. Nadie tiene problemas individuales porque toda la familia está siempre en juego. El inconsciente familiar existe. El padre decide acudir al psicoanálisis y, de repente, algo cambia en la familia y todos los miembros empiezan a evolucionar. Desde el mismo momento que alguien toma consciencia de algo, hace que todos los suyos también la tomen. Ese alguien es la luz. Cuando aparece la primera manzana del árbol, todo el árbol está contento, ¿lo entiende? Si uno hace su trabajo, todo el árbol se purifica.


Alejandro Jodorowsky en una entrevista para el libro “Mis antepasados me duelen”

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