sábado, 9 de julio de 2011

Cuando la ansiedad comienza en el vientre de mamá.


"El momento presente
carece de ansiedad.
La ansiedad
sólo está causada
por el pasado
o el futuro".
Osho, El libro de la vida y la muerte.

Hace unos días recibí un consultante que padece ansiedad desde que tiene recuerdos. La ansiedad es un sentimiento de inquietud o miedo ante un posible peligro que puede ser cierto o no. Generalmente el origen es desconocido y se alimenta de experiencias pasadas no agradables, que se re-instalan en el presente.

La dificultad y el malestar se incrementan cuando la persona intenta “solucionar” su problema y manejar su vida, ya que la ansiedad se alimenta de ella misma. Cada intento fallido de la persona le da poder a la ansiedad.

Este hombre ha estado durante años buscando alternativas y probando tratamientos, y sin embargo, cada vez es más difícil para él manejar su tema. La ansiedad no se puede solucionar con el pensamiento, porque el pensamiento mismo es una forma de ansiedad y la fortalece. 

Él era el segundo embarazo de su mamá. La primogénita había sido niña y el esposo se desilusionó tanto que tardó varios días en ir a ver a su esposa. Luego había estado con varias mujeres que le pudieran dar el varón. La madre de mi cliente quiso abandonar al marido pero no recibió el apoyo familiar, por lo que vivía con una gran angustia.

Tomé varias figuritas sistémicas que representaran las fuerzas que se pusieron en acción en aquel momento. Les asigné lo que representaban sin que mi cliente lo supiera, y le pedí que las configurara como él sentía que se relacionaban unas con otras. Colocó a su representante frente a la angustia y me dijo que se miraban mutuamente. Al lado izquierdo de la angustia puso su nacimiento (que lo miraba a él). Detrás de la angustia puso su origen que los miraba a todos.

Le dije lo que representaba cada figura y le comenté que su angustia venia con él desde el vientre de su madre. Hablamos de la importancia de la vida prenatal en el desarrollo del bebé, y como éste se forma una primera impresión del mundo exterior a través de las sensaciones que percibe en su madre, y a partir de éstas construye sus creencias sobre la vida.

Todo bebé sabe si es un hijo deseado o no lo es, percibe si la madre recibe el apoyo del padre y de su entorno familiar, que sexo esperan que tenga, en qué circunstancias fue concebido (con amor, alegría, miedo o incluso violencia). Estas primeras impresiones le llevan a desarrollarse con seguridad o inseguridad, sabiendo lo que le espera fuera. Dentro del vientre de su madre vivió sus primeras experiencias de angustia, y su inconsciente había anclado este estado con el poder sostenerse con vida.

Su genética tenía registrada toda la memoria de los hechos que acontecieron en su familia alrededor de su concepción y el nacimiento. Su angustia era como una alarma que había aprendido a ignorar, y gracias a eso pudo llegar al sistema familiar. Si entra un ladrón en nuestra casa durante la noche y cuando suena la alarma la apagamos para seguir durmiendo, nos despertaremos con la casa desvalijada. La angustia fue el precio que su madre pagó para seguir con su embarazo.

La relación con la vida nos llega a través de la relación que tenemos con nuestra madre. Todo lo que alimenta a la madre, alimenta al bebé, incluidos los pensamientos, sentimientos y emociones. La ansiedad fue la alarma que sonó para avisarle que algo no marchaba bien en el mundo de mamá.

Le dije que en aquel momento no podía hacer nada porque era uno con ella, sin embargo, ahora estaba separado y debía hacerlo diferente. Ya su mamá había pagado el precio por su vida y a nadie le sirve que insista en seguirlo pagando. Le hablé de las Constelaciones Familiares y como a partir de esa mirada, he podido tomar la vida como un regalo y agradecer a mis padres por pagar un precio por pasármela. Querer pagar por el regalo le quita el valor a quien lo ha dado.


Para Jodorowsky, los ataques de ansiedad son miedos fetales de ser abortado. En una Constelación Familiar sale a la luz las dinámicas ocultas presentes en el sistema, se muestra una imagen que permite ver las transgresiones de los órdenes, permitiéndonos ver la forma que deja a todos los miembros con más fuerza para llevar su destino.

El precio del hijo por tomar la vida es también tomar el destino que le llega por ser el hijo de esos padres. Con frecuencia, el destino está contenido en el nombre que recibimos al nacer. De ahí que, quienes rechazan su nombre también dicen no a la vida que sus padres le pasaron, y al precio que ellos pagaron por eso. Del mismo modo, pronunciar nuestro nombre nos reconecta con nuestro origen y con el destino que hemos traído.

Osho cuenta una historia que ilustra lo que ocurre:

Bokuju, era un maestro zen. Vivía solo en una cueva, sin embargo, durante el día, o incluso de noche, decía algunas veces en voz alta: "Bokuju", su propio nombre, y luego decía:"Sí, estoy aquí". Y no había nadie más.

Entonces sus discípulos solían preguntarle:" ¿Por qué te llamas a ti mismo 'Bokuju' con tu propio nombre, diciendo luego, 'sí señor, aquí estoy'?"

El respondió: "Cada vez que empiezo a pensar, tengo que recordar que debo estar alerta, por tanto pronuncio mi propio nombre, 'Bokuju' y digo, 'sí señor, estoy aquí', y el pensar, la ansiedad desaparece".

Luego, a final de sus días, durante dos o tres años, no volvió a pronunciar su nombre, 'Bokuju', y nunca tuvo que responder, "sí señor, estoy aquí".

Los discípulos le interrogaron:" Maestro, nunca más has vuelto a hacerlo".

Así que él dijo:" Es que ahora Bokuju siempre está ahí. El está siempre ahí, así que ya no hay necesidad. Antes solía echarlo a faltar. Algunas veces la ansiedad me poseía, nublándome por completo, y Bokuju ya no estaba más ahí. Por tanto tenía que recordar a 'Bokuju',y la ansiedad desaparecía..."

El chamanismo también ve a la mente como la trampa que hay que mirar. La mente nos entretiene con juegos disfrazados de preocupaciones que nos impiden “estar’ con nosotros mismos. Llamarnos por nuestro nombre cuando sentimos una profunda ansiedad es un recurso simple y a la vez muy poderoso. Simplemente te llamas por tu nombre y luego responde:"Sí señor, estoy aquí", y chequea que pasa contigo.

La ansiedad dejará de existir. Una vez nos hacemos conscientes que si estamos alerta la ansiedad no se produce, ella desaparece. La solución consiste en tener la humildad para tomar la vida como un regalo. No hay nada que pagar, nada que tenga que hacer a cambio, ningún trabajo para merecerlo…un regalo es un regalo...

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