lunes, 25 de julio de 2011

Las canciones como recurso terapéutico en las constelaciones familiares.


Estudios recientes indican que las canciones que escuchamos realzan nuestros sentimientos positiva o negativamente. La ley de atracción explica que atraemos aquello que refleja nuestros estados internos. Utilizamos las canciones que nos gustan porque sus vibraciones coinciden con las nuestras y las multiplican. 

Sabiendo esto, las CF utilizan las canciones como recursos para obtener datos de la información transgeneracional, que la persona identifica y valida de modo inconsciente. Nuestra primera relación es con la madre. Todas las emociones tienen su origen en ella y nos relacionan con ella.

Cualquier canción que nos “toca” lo hace porque mueve de manera sensible nuestros afectos. La relación con otra persona siempre es un reflejo de la relación primaria con nuestra madre. Tanto si escuchamos una canción triste o una alegre, lo hacemos porque resuena con algo que sentimos o estamos sintiendo.

Sea lo que sea que haya pasado el hijo, es posterior al hecho de que la madre consintió a su vida, y es así para cualquier persona sin importar su raza, cultura o educación. Philip Tagg dice: “Ninguna canción de cuna sería efectiva si diera alaridos bruscos a un ritmo rápido y ninguna marcha de guerra surtiría el efecto deseado si fuera una cadencia meliflua a paso de caracol”. 

Por medio de su composición, cada canción busca provocar una respuesta emocional particular. Como reza un popular dicho europeo: “La apariencia de un chino triste es muy parecida a la apariencia de un francés triste”. Esto es igual para otros estados de ánimo como alegría, enojo, ansiedad o miedo, ya que todos los seres humanos compartimos la experiencia de vivir nuestra primera etapa en el vientre de mamá. 
 


De manera sencilla, podemos decir que las canciones son un “llamado” emocional, provocando en quien lo recibe una “respuesta” también emocional. ¿Dónde empiezan las emociones? ¿Dónde empieza la alegría? ¿Dónde empieza la tristeza? Todo inicia en la madre.

Conocer el mensaje oculto en la letra de nuestras canciones favoritas, puede favorecer considerablemente nuestro proceso de maduración emocional. Las CF muestran que la manera en que vivimos nuestras emociones, puede facilitar o entorpecer de modo significativo nuestra sintonía con la vida, y en la mayoría de los casos, la reconciliación con la madre es la vía regia para una vida lograda.

De ahí que, las canciones son un valioso recurso para realizar el trabajo con nuestra actitud hacia la vida. Las emociones pueden apoyar o debilitar nuestras elecciones y decisiones. Mirar lo que nos impacta emocionalmente, sobre todo la música, es un importante paso en la formación de nuestro carácter.

El gusto que expresamos por determinadas canciones es una especie de termómetro, indica el grado y el modo en que una experiencia nos importa. Cuando un tema nos es indiferente, respondemos con emociones débiles y sin fuerza para el cambio. En cambio, cuando algo es de nuestro interés, nuestras emociones tienen el poder para poner en movimiento nuestra capacidad de acción.

La importancia que le dio a este tema Confucio debe ser de reflexión: “La música debe ser considerada como uno de los elementos básicos de la educación, y su pérdida o su corrupción es el signo más evidente de la decadencia de los imperios. ¿Queremos saber si un reino está bien gobernado, o si las costumbres de sus habitantes son buenas o malas? Examinemos la música vigente.”


La letra que cantamos debe ser coherente con la relación que tenemos con la vida. Asegurarnos de que el mensaje honre lo que deseamos manifestar, es una responsabilidad que debemos asumir. Un indicador de si estamos escuchando una canción que sana es observar a dónde va nuestro movimiento.

Si el llamado me lleva a contactar mi pasado, o me invita a una situación que puedo vivir en el futuro, estoy sintonizándome con la escasez, mirando lo que me falta, y por tanto sintiéndome pobre. Si estamos aquí es porque finalmente todo resultó bien y lo que nos dieron fue suficiente para crecer.

La vida es más grande que cualquier cosa que pueda necesitar. Cuando alguien vive en la lucha o en la frustración, es conveniente volver al origen para una solución sostenible, y ese origen es la madre. Si la persona no está en armonía con la madre, es inútil trabajar en una conciencia de abundancia.

Quien logra tomar a la madre, también logra tomar la riqueza abundante que muestra la vida. La plenitud y felicidad de cualquier niño comienza con la madre. Ella nos muestra la primera relación de amor.

El amor está en la base de todas las cosas, solo que a veces se trata de un amor ciego, y quiere algo que puede ir más allá de las fuerzas que la otra persona tiene. En otras ocasiones, lo que esperamos con respeto al amor está sobredimensionado, sobre todo en la relación con la madre.

Las letras de las canciones que más nos gustan pueden mostrarnos la calidad de las emociones que experimentamos, a la vez que nos muestran el camino para reconocer y disfrutar las muchas bendiciones que poseemos.

Hace poco compartí con una amiga terapeuta que fue a uno de mis talleres, y me sorprendió gratamente con una exquisita selección de canciones, que resonaban a la perfección con el trabajo que habíamos hecho. Me compartió que solo ponía en su reproductor música que se alineara en dirección al amor.

Ella había logrado ordenar las canciones por estados de ánimo: alegría, pasión, gozo, gratitud, plenitud, esperanza, etc. Muchos conocen la importancia de seleccionar cuidadosamente la música, para que refleje aquello que queremos experimentar, pero pocos logran sistematizar este conocimiento.

Cuando escuchamos una canción que encaja con lo que queremos conjurar, las imágenes fluyen a la mente, mientras el cuerpo responde a la experiencia como si fuera una vivencia real. La música puede ser utilizada para sanar.

Escuchar canciones optimistas, esperanzadoras, motivadoras, que nos energicen y muestren el agradeciiento que sentimos por nuestra vida, no solo puede ayudarnos a manejar sabiamente nuestros estados de ánimo, sino que también puede hacer mucho más agradable la tarea de re-conectarnos con nuestro origen.

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