jueves, 9 de febrero de 2012

La relación de pareja es el encuentro de dos clanes.


Una relación de pareja nos trae amor y felicidad, pero también dificultades y dolor. En una relación crecemos y en una relación morimos. Crecer y morir, vienen siendo más o menos la misma cosa, ya que el crecimiento desde este punto de vista significa la renuncia y la muerte a una forma de vida, para lograr algo más grande.

Tanto si tenemos pareja como si no, lo que solemos vivir como crisis o problemas, es tan solo parte de este proceso. La pareja no es simplemente la unión de dos personas, es el encuentro de dos familias, de dos clanes. Cada una con sus costumbres, su historia, su destino, sus dificultades y sus valores particulares.

Lo difícil de esto es que cada uno de los miembros de la pareja, siente que la parte suya es la buena y la del otro es la que debe mejorar o cambiar. Este es el comienzo del conflicto. Tanto los valores de uno como del otro son los mejores para lo que se requiere, aunque sean distintos.

Aquí empieza el primer proceso de muerte. Cada quien ha de estar dispuesto a renunciar a algo de su familia, algunos valores, costumbres, puntos de vista y deseos. La dificultad se genera cuando alguno de los dos intenta imponerse ante el otro con lo suyo.

Es sólo mediante el mutuo asentimiento que es posible encontrar un camino común que le dé sentido a la pareja. El encuentro de familias es también parte de ese propósito mayor en el cual cada uno se sana a través del otro y su familia y cada familia se sana a través de uno.

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