Cuenta una historia que un hombre va a visitar un
templo y reconoce entre los monjes a uno que tuvo muchos pleitos callejeros
mientras fue joven. Queriendo que pasara como un farsante le pregunta:
-¿No es usted
aquel con impulsos agresivos que siempre buscaba pleitos con otros?
Y el monje contesta:
-Si…sigo con los mismos impulsos agresivos, la
diferencia está en que ahora no hago uso de ellos.
Esta historia muestra claramente que el veneno no hace
daño dentro del frasco, tenemos que tomarlo…
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