domingo, 27 de noviembre de 2011

Mi nueva amiga es obsesiva-compulsiva.



El cine de los últimos tiempos ha hecho un excelente trabajo llevando a la población ordinaria una gran cantidad de trastornos psiquiátricos y psicológicos. A veces, algunos clientes llegan a la consulta auto-diagnosticados y con un conocimiento tal del lenguaje terapéutico que los sitúa a un nivel de expertos. De igual modo, la familiaridad con los trastornos y sus síntomas complican un poco la aceptación del problema en una gran cantidad de personas inteligentes, educadas y con cierta preparación que ponen todas sus energías en normalizar su patología.


A este grupo pertenece una querida amiga y colega a la que no conozco muy bien, pero que llama la atención con ciertos rituales que la colocan fuera de la gente común. Uno de ellos esta relacionado con la puntualidad y la gran cantidad de requerimientos auto impuestos antes de hacer un trabajo. Hace unos días, tomamos una comida juntas y me sorprendí viendo como ordenaba minuciosamente las papas fritas de un sándwich que habíamos ordenado, mientras limpiaba escrupulosamente sus cubiertos más de una vez. De repente, su plato se convirtió en un regimiento militar donde cada papita estaba en fila, esperando instrucciones para ser devorada.


Me dije a mi misma: mi nueva amiga padece un TOC. El trastorno obsesivo-compulsivo es una enfermedad que hace que las personas tengan pensamientos que no desean (obsesiones) y que repitan ciertos comportamientos (compulsiones) una y otra vez. Se caracteriza por la duda, orden, puntualidad, escrupulosidad, parsimonia, perfeccionismo,  incertidumbre, lentitud, acumulación primaria, entre otros.


La protagonista del TOC es la ansiedad y aunque la causa exacta se desconoce, se mencionan los sentimientos de culpa, la excesiva responsabilidad, trastornos del sueño, problemas conyugales, laborales o sociales. Este es un trastorno, muy poco diagnosticado, que afecta una proporción importante de población. Las estadísticas muestran una prevalencia global del 2,5 %. El TOC es más frecuente que la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el trastorno de pánico. Debido a su gran extensión y su escasa detección, ha sido considerado una verdadera epidemia o una endemia oculta.


Jack Nicholson en la película “Mejor imposible” muestra a un soltero con obsesiones (pensamientos, ideas, preocupaciones repetitivas, persistentes y egodistónicas) que se perciben como inadecuados y provocan incomodidad importantes en la gente con las que se relaciona y en el mismo, y que no puede ignorar ni eliminar, y trata de contrarrestarlos con actos o pensamientos compulsivos. Las obsesiones más frecuentes en estas personas son los miedos a la contaminación, y a los microbios, tal como lo mostró Nicholson. Otras obsesiones comunes son: controlar, conservar objetos innecesarios, miedo a perder el control, etc.


Además, suelen tener convicciones inadecuadas como: “no debo cometer errores, soy responsable de causar daño o de no prevenir el daño a otros, debo controlar todo, pensar es lo mismo que actuar, debo ser perfecto”. Las compulsiones motoras más comunes son las de limpieza e higiene (suelen lavarse tanto tiempo las manos que se lesionan la piel, o el baño puede durar un par de horas), controlar cerraduras de puertas, llaves de gas, luz, ordenar. El hacer el ritual le produce un momentáneo alivio de la ansiedad. Otras son compulsiones mentales como rezar, meditar, contar.


Tal vez, leyendo esto has pensado en alguna persona conocida, y quizás al igual que yo te des cuenta que esta persona entra en el perfil de alguien con TOC. Por mi parte, pensaré en algún modo para que mi amiga pueda hacerse algunas preguntas que le permitan ver que podría estar mejor y disfrutar mejores relaciones si recibe ayuda para lo que hasta ahora ha considerado tan solo “manías” o “incomprensiones” de gente que no es tan responsable como ella. No sé cómo lo harás tú. Si se te ocurre algo bueno, por favor compártelo.


Karina Pereyra,
Psicoterapeuta.

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