lunes, 19 de diciembre de 2011

Escandalosamente feliz.


Cuando al maestro le nació su primer hijo, no parecía cansarse nunca de contemplar a la criatura.
-¿Qué quieres que sea el niño de mayor?, le preguntaron.
-Escandalosamente feliz- respondió el maestro
Anthoy de Mello.

Hay padres frustrados que, consciente o inconscientemente, proyectan en sus hijos sus sueños no cumplidos, con el efecto de que éstos, por lealtad o/y por miedo a no ser queridos, intentan seguir ese guión sutilmente escrito a lo largo de sus vidas. En otras ocasiones, cuando hay unos padres muy narcisistas (o uno de ellos intenta satisfacer el narcisismo del otro), desean que sus hijos repitan sus hazañas y sólo los ven si se parecen a ellos, por lo que el hijo lucha por hacer el “efecto espejo” , configurando su ser como un fiel reflejo del ego de ese padre o madre. Como bien apunta el cuento, un padre (o madre) sólo debe querer que esa criatura que ha llegado a través de él al mundo, sea escandalosamente feliz, es decir, en palabras de Alejandro Jodorowsky, sea lo que realmente es y no lo que los demás quieren que sea”.

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