domingo, 20 de abril de 2014

La tradición del conejito y los huevos de pascua.


 
 
 
 
Según la leyenda, el origen de la hermosa costumbre de repartir huevos de pascua, para celebrar la resurrección de Jesús, está ligada al sepulcro donde fue enterrado el maestro. En ese lugar había un conejo que presenció su resurrección, y deseoso de compartir la buena noticia -pero sin voz para hacerlo- empezó a repartir huevos, significando la manifestación de una nueva vida.

Al pasar el tiempo, la tradición ha ido enriqueciéndose con otras prácticas. Antiguas civilizaciones como Grecia, Persia, China y Egipto, entre otras, consideraban el huevo un símbolo de vida. Los egipcios eran los que tenían la costumbre de regalar huevos decorados en ocasiones especiales. En la India el huevo representa el germen primitivo, escondido en el agua.

En tiempos actuales, los padres mantienen la tradición escondiendo los huevos que han decorado, para que los niños los busquen. Comercialmente, se fabrican huevos de chocolates con papeles de colores brillantes muy llamativos, que se comparten con los familiares y amigos. Además, existen una gran cantidad de huevos, conejos, canastas y otros accesorios para la decoración y celebración.

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