viernes, 11 de mayo de 2012

Endulzar las palabras.


 
Cuenta una leyenda hindú que la paz interior del Buda era tan grande, que las flechas y piedras que sus enemigos le lanzaban caían sobre su cuerpo convertidas en flores. El mundo es lo que es, más lo que nosotros creemos que es: nuestra actitud lo transforma.

Esta es una recomendación para alguien que debe asistir a un lugar en el que tendrá que enfrentarse a situaciones difíciles, o podría encontrar personas con las que podría molestarse.

Unos momentos antes de la reunión, ponerse un poco de miel en las orejas y frotarse también con miel las encías. Esto hará que las palabras agresivas las escuche con dulzura, y que las palabras duras que desee pronunciar se suavicen. Además, para recordar en todo momento la conveniencia de avanzar con pasos mesurados, antes debe perfumar con esencia de lavanda las suelas de sus zapatos.

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