sábado, 29 de septiembre de 2012

San Miguel Arcángel;¡Quién como Dios!"



Hoy 29 de septiembre se celebra el día de San Miguel junto con los arcángeles Gabriel y Rafael. En el principio de los tiempos cuando no existía nada, todos los ángeles estaban reunidos en torno al Señor, esperando la señal que de El viniera para ir hacia los mundos y co-ayudar en la Creación, pero una disensión entre los ángeles, desató la polémica primero y la guerra de los cielos después
 
Sucedió que llegaba el instante de la creación del hombre. Hubo ángeles que querían al hombre perfecto, superior, a la misma altura de ellos, por eso no escatimarían esfuerzos en lograrlo y estaban dispuestos a hacer sus mejores obras. Otros ángeles en cambio, querían que el hombre y su conciencia fuera ascendiendo en el plano universal a través de escalas hasta llegar a Dios y su perfección, a través del trabajo diario y por los siglos de los siglos.

Esto era para asegurarse que el hombre, a pesar de su lentitud en lograr la perfección, algún día llegaría a Dios totalmente consciente y con sus capacidades acrecentadas. Según las historias más antiguas de la tierra, que se encuentran en libros de miles de años y que se conservan en oriente, hubo otras humanidades en la tierra, aquellos primeros seres humanos no fueron perfectos y fueron destruidos.

Este fue el motivo principal de la polémica. Unos querían que el hombre fuera perfecto desde el principio, y si se equivocaban destruirían la creación del mismo hasta lograr un ser superior, y los otros querían la vía de la ascención. Los ángeles que no estaban de acuerdo, con tal de no movilizarse, en su negativa decidieron continuar durmiendo en el seno de Dios, pero esto ya no era posible porque el universo comenzaba a expandirse irremediablemente.

De los ángeles rebeldes, hubo uno que logró ponerse a la cabeza de todos, su nombre era Shaitan, el adversario, el que desafió al resto de los ángeles y a Dios mismo. El pecado de este ángel fue el de la soberbia, porque dijo que él lograría hacer al hombre tan superior o más que a los mismos arcángeles. Este ángel expresó su entusiasmo con voz estruendosa diciendo: "¿Quién como yo?" a lo que el siguiente ángel en el orden jerárquico le respondió: "Te equivocas; ¡Quién como Dios!"

Miguel era el primer arcángel en la jerarquía de los cuatro, acompañado por Gabriel, Rafael y Uriel. Se encontraba a la cabeza de los cuatro puntos de luz por ser el que más cerca del centro del universo estaba. El dominio de Miguel era el fuego, el que fuera encendido por un ángel anterior de nombre Luzbel, solo que éste tenía la misión de encender la chispa primigenia en todos pero que no podía equilibrar sus fuerzas por tener la misión de encender al universo, no de mantenerlo.
 
Mientras que Miguel conserva y cuida que el fuego del universo no se extinga, los demás ángeles protegen otros puntos en el divino universo. Por esto Miguel es de una jerarquía superior, pues por él el universo se mantiene encendido. Más tarde será el Hijo de Dios quien tendrá la misión de Cristalizar el brillo de Dios en todas partes.

San Miguel es el príncipe de la milicia celeste, está vestido con ropas que recuerdan el rojo del fuego y el azul de la justicia, un cinturón de oro ciñe su cintura, significando el beneplácito y sostén que Dios le da. Porta en su mano derecha la espada de doble filo, la que separa lo verdadero de lo falso venciendo a los soberbios que disfrazan sus argumentos siempre en favor de razones egoístas.

En su mano izquierda lleva la balanza de los platillos dorados. Esto alude a la justicia divina que Dios le concedió por haber vencido y logrado la paz en el universo. No es a los seres humanos a quienes les corresponde juzgar o maldecir, sino que es a Dios a quien le corresponde ejercer su voluntad tanto sobre ellos como sobre cualquier mortal. La única defensa que tiene el ser humano es Dios y su escudo llamado Miguel.

Miguel es, en otra lectura la conciencia y la razón venciendo a las tinieblas, pues una vez que la mente humana lucha con sus miedos, enciende la verdad que puede mantenerse gracias a un constante equilibrio entre potentes fuerzas que toman formas diversas en los planos sutiles del espíritu. La razón es la primera llave que el ser humano tiene para abrir los canales del conocimiento, una vez que lo logra debe actualizar su saber dejando atrás antiguas creencias, tomando otras llaves nuevas que enriquezcan al espíritu.
 
Tomado de la web.

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