Hoy 29 de septiembre se celebra el día de San Miguel junto con los arcángeles Gabriel y Rafael. En el principio de los tiempos cuando no existía nada, todos los ángeles estaban reunidos en torno al Señor, esperando la señal que de El viniera para ir hacia los mundos y co-ayudar en la Creación, pero una disensión entre los ángeles, desató la polémica primero y la guerra de los cielos después
Sucedió que llegaba el instante de la
creación del hombre. Hubo ángeles que querían al hombre perfecto, superior, a
la misma altura de ellos, por eso no escatimarían esfuerzos en lograrlo y
estaban dispuestos a hacer sus mejores obras. Otros ángeles en cambio, querían
que el hombre y su conciencia fuera ascendiendo en el plano universal a través
de escalas hasta llegar a Dios y su perfección, a través del trabajo diario y
por los siglos de los siglos.
Esto era para asegurarse que el hombre, a
pesar de su lentitud en lograr la perfección, algún día llegaría a Dios
totalmente consciente y con sus capacidades acrecentadas. Según las historias
más antiguas de la tierra, que se encuentran en libros de miles de años y que
se conservan en oriente, hubo otras humanidades en la tierra, aquellos primeros
seres humanos no fueron perfectos y fueron destruidos.
Este fue el motivo principal de la polémica.
Unos querían que el hombre fuera perfecto desde el principio, y si se
equivocaban destruirían la creación del mismo hasta lograr un ser superior, y
los otros querían la vía de la ascención. Los ángeles que no estaban de acuerdo,
con tal de no movilizarse, en su negativa decidieron continuar durmiendo en el
seno de Dios, pero esto ya no era posible porque el universo comenzaba a
expandirse irremediablemente.
De los ángeles rebeldes, hubo uno que logró
ponerse a la cabeza de todos, su nombre era Shaitan, el adversario, el que
desafió al resto de los ángeles y a Dios mismo. El pecado de este ángel fue el
de la soberbia, porque dijo que él lograría hacer al hombre tan superior o más
que a los mismos arcángeles. Este ángel expresó su entusiasmo con voz
estruendosa diciendo: "¿Quién como yo?" a lo que el siguiente ángel
en el orden jerárquico le respondió: "Te equivocas; ¡Quién como
Dios!"
Miguel era el primer arcángel en la jerarquía
de los cuatro, acompañado por Gabriel, Rafael y Uriel. Se encontraba a la
cabeza de los cuatro puntos de luz por ser el que más cerca del centro del
universo estaba. El dominio de Miguel era el fuego, el que fuera encendido por
un ángel anterior de nombre Luzbel, solo que éste tenía la misión de encender
la chispa primigenia en todos pero que no podía equilibrar sus fuerzas por
tener la misión de encender al universo, no de mantenerlo.
Mientras que Miguel
conserva y cuida que el fuego del universo no se extinga, los demás ángeles
protegen otros puntos en el divino universo. Por esto Miguel es de una
jerarquía superior, pues por él el universo se mantiene encendido. Más tarde
será el Hijo de Dios quien tendrá la misión de Cristalizar el brillo de Dios en
todas partes.
San Miguel es el príncipe de la milicia
celeste, está vestido con ropas que recuerdan el rojo del fuego y el azul de la
justicia, un cinturón de oro ciñe su cintura, significando el beneplácito y
sostén que Dios le da. Porta en su mano derecha la espada de doble filo, la que
separa lo verdadero de lo falso venciendo a los soberbios que disfrazan sus
argumentos siempre en favor de razones egoístas.
En su mano izquierda lleva la balanza de los
platillos dorados. Esto alude a la justicia divina que Dios le concedió por
haber vencido y logrado la paz en el universo. No es a los seres humanos a quienes les
corresponde juzgar o maldecir, sino que es a Dios a quien le
corresponde ejercer su voluntad tanto sobre ellos como sobre cualquier mortal.
La única defensa que tiene el ser humano es Dios y su escudo llamado Miguel.
Miguel es, en otra lectura la conciencia y la
razón venciendo a las tinieblas, pues una vez que la mente humana lucha con sus
miedos, enciende la verdad que puede mantenerse gracias a un constante
equilibrio entre potentes fuerzas que toman formas diversas en los planos
sutiles del espíritu. La razón es la primera llave que el ser humano tiene para
abrir los canales del conocimiento, una vez que lo logra debe actualizar su
saber dejando atrás antiguas creencias, tomando otras llaves nuevas que
enriquezcan al espíritu.
Tomado de la web.
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