La sociedad será más creativa
y eficiente en la medida que seamos capaces de compartir información e ideas.
Creo que la inteligencia colectiva es un pequeño Dios.
La red neuronal
comparte actividad e información, cierto.
Y eso la mantiene activa y
viva. Todas las neuronas funcionan básicamente según este principio de conectar
y compartir.
De acuerdo, ahora
llévelo a la práctica.
Podemos utilizar la red para,
entre todos, hallar soluciones a todo. De hecho, ya hay muchos blogueros de
distintos campos que comparten lo que saben en la red y ofrecen excelentes
soluciones para temas sociales.
¿Y qué obtienen a
cambio?
Te das cuenta de que las ideas
creativas se retroalimentan a través del intercambio, se refuerzan, se mejoran.
Verás tu idea puesta en circulación y republicada a través de las redes de
otras personas, de forma que tu obra puede llegar a las masas en la red. Le
aseguro que compartir da felicidad.
¿Qué más?
Las empresas también pueden
beneficiarse del hecho de compartir su información, porque mucha gente
participará en la mejora de sus productos y servicios si dan incentivos a
quienes los ayuden.
Páginas que
permiten la participación de los usuarios.
Cuanto más colectiva sea
nuestra inteligencia, más sabias serán nuestras acciones. El sharismo será la
política de la próxima superpotencia global: una nueva red humana unida por el
software social.
¿Y aplicable a
todo?
Sí, empresa, educación,
justicia, democracia, investigación, denuncia… El flujo de comunicación entre
mentes se hará más abierto, flexible y productivo. Redes que a su vez se
conectan y reconectan sin miedo a compartir nos llevarán a un nuevo orden
social: una revolución de la mente.
Extracto
de una entrevista con Isaac Mao, bloguero, filósofo y emprendedor, ‘hacker’ y
padre del “sharismo”.
Fuente:
La Vanguardia
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