sábado, 14 de junio de 2014

Caminamos hacia una mente colectiva hiperconectada.


 
La sociedad será más creativa y eficiente en la medida que seamos capaces de compartir información e ideas. Creo que la inteligencia colectiva es un pequeño Dios.

La red neuronal comparte actividad e información, cierto.

Y eso la mantiene activa y viva. Todas las neuronas funcionan básicamente según este principio de conectar y compartir.

De acuerdo, ahora llévelo a la práctica.

Podemos utilizar la red para, entre todos, hallar soluciones a todo. De hecho, ya hay muchos blogueros de distintos campos que comparten lo que saben en la red y ofrecen excelentes soluciones para temas sociales.

¿Y qué obtienen a cambio?

Te das cuenta de que las ideas creativas se retroalimentan a través del intercambio, se refuerzan, se mejoran. Verás tu idea puesta en circulación y republicada a través de las redes de otras personas, de forma que tu obra puede llegar a las masas en la red. Le aseguro que compartir da felicidad.

¿Qué más?

Las empresas también pueden beneficiarse del hecho de compartir su información, porque mucha gente participará en la mejora de sus productos y servicios si dan incentivos a quienes los ayuden.

Páginas que permiten la participación de los usuarios.

Cuanto más colectiva sea nuestra inteligencia, más sabias serán nuestras acciones. El sharismo será la política de la próxima superpotencia global: una nueva red humana unida por el software social.

¿Y aplicable a todo?

Sí, empresa, educación, justicia, democracia, investigación, denuncia… El flujo de comunicación entre mentes se hará más abierto, flexible y productivo. Redes que a su vez se conectan y reconectan sin miedo a compartir nos llevarán a un nuevo orden social: una revolución de la mente.

Extracto de una entrevista con Isaac Mao, bloguero, filósofo y emprendedor, ‘hacker’ y padre del “sharismo”. 

Fuente: La Vanguardia

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