Como cualquier buen maestro, el Espíritu Santo sabe
más de lo que tú sabes ahora, y sólo te enseña para que llegues a ser igual que
Él. Tú te enseñaste mal a ti mismo al creer lo que no era cierto. No creíste en
tu propia perfección. ¿Iba acaso Dios a enseñarte que habías fabricado una
mente dividida, cuando Él sabe que tu mente es íntegra? Lo que Dios sí sabe es
que Sus canales de comunicación no están abiertos a Él, lo cual le impide
impartirles Su gozo y, así, saber que Sus Hijos son completamente dichosos. El
dar de Su gozo es un proceso continuo, no en el tiempo sino en la eternidad. La
extensión de Dios, aunque no Su compleción, se obstruye cuando la Filiación no
se comunica con Él cual una sola. Así que Dios pensó: "Mis Hijos duermen y
hay que despertarlos".
UCDM
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