La mayoría de los espacios vitales
acumulan nubes de negatividad y otras energías que se concentran en las
esquinas, y otros lugares del hogar. Estas energías pueden ser perturbadoras,
siendo necesario limpiar el área ritualmente, ya que cuando nuestros espacios
están “cargados”, no pueden apoyarnos en lo que queremos lograr en ellos, y en
ocasiones pueden restarnos fuerzas, llegando en algunos casos hasta a la
enfermedad.
Cierra las puertas de la casa
con llave, descuelga el teléfono, cierra las cortinas. Debes tener total
privacidad y evitar ser interrumpido durante el ritual. Si hay más habitantes
en la casa, diles que necesites privacidad por un rato. Si esto no funciona,
intenta hacer los rituales en la noche o muy temprano en la mañana cuando los
demás se encuentren dormidos.
Ahora procede a hacer una
limpieza física, con una escoba normal, barre perfectamente el área en donde
harás el ritual, una vez que quede limpio, purifica el área con una de las
herramientas más antiguas: la escoba mágica. No es necesario que las cerdas de
la escoba toquen el suelo, sin embargo, debes hacerlo con fe visualizando como
las energías negativas, las enfermedades y desórdenes psíquicos son barridos y
limpiados por la escoba. También puedes visualizar como de la escoba salen
"chispas" que transforman la energía nociva.
Otra forma de hacer la
purificación en esparciendo sal, sola o mezclada con una hierba o resina en
polvo como tomillo, romero, olíbano, copal o salvia. También se usa agua
salada. La acción de esparcir la sal y la hierba libera las energías que
residen en esta mezcla purificadora, que dirigidas y magnificadas por el
propósito del ritual y la visualización ahuyentan las energías perturbadoras.
También podrías simplemente
quemar una hierba con cualidades purificadoras o limpiadoras por ejemplo:
mirra, olíbano, salvia, tomillo, ruda o romero. Las hierbas pueden ser usadas
solas o combinadas. "Fumiga" el espacio ritual con el humo y
visualízalo limpio y luminoso. Luego bendice tu casa y declara tu propósito.
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