martes, 2 de agosto de 2011

La lengua materna y nuestra forma de ver el mundo.



-Me preocupa que, cuando exploramos la existencia de vida en otros planetas, sólo consideremos la posibilidad de que sea vida como la nuestra, basada en el oxígeno y el agua.

-¿Por qué le preocupa?

-Porque esa búsqueda sólo es una cómoda proyección de nosotros mismos. Y porque hemos demostrado que somos capaces de superar nuestro marco mental y concebir formas de existir diferentes de la nuestra.

-Creí que usted era lingüista.

-Y lo soy: he dedicado mi vida a estudiar cómo aprendimos a hablar y cómo hablamos.

-¿Qué tiene que ver eso con la vida extraterrestre?

-Mucho. La gran pregunta para mí es si hablar una determinada lengua te impone también indefectiblemente un modo de ver y entender el mundo…

-Es una tesis.

-Si fuera cierta, un hablante inglés no sería capaz de entender el mundo de los indígenas australianos…

-No sé si le sigo.

-Benjamin Whorf lo explicó de otro modo: la lengua materna no sólo te impone un modo de entender la realidad, sino que te está encerrando en ella.

-¿Y usted qué ha descubierto?

-Yo creo que tu lengua materna condiciona tu modo de ver el mundo, pero no te encierra en ella sin remisión. Podemos superar como individuos ese marco mental que nos impone la lengua colectiva y concebir y entender otros modos de ver el mundo. Por eso creo que aunque nuestra vida terrestre necesite agua y oxígeno, también podríamos llegar a concebir otras formas de vida.

-¿Hasta qué punto nos condiciona la lengua materna la percepción del mundo?

-En alemán, el puente en realidad es “la” puente (Die brücke)… Los experimentos demuestran que cuando se le pide la descripción de un puente a un alemán, suele alabar su gracilidad y belleza, mientras que los hispanohablantes se refieren, en cambio, a su fortaleza y solidez.

-¿Y…?

-De algún modo, el género en este caso no te encierra del todo en una cosmovisión, pero la condiciona hasta cierto punto.

-¿Hay lenguas más primitivas que otras?

-Existe una lengua primitiva,una lengua aborigen australiana que no distingue la numeración. Para ellos, en el mundo hay uno, dos y muchos… Y ya está. Pero tienen palabras específicas para grados de parentesco tan sofisticadas que nosotros ni sospechamos que existan, como la hermana del primo segundo que en relación con fulano sería su “recontrasuegracuñada”…

-Necesitan parientes pero no números.

-No es que la lengua aborigen sea menos sofisticada que el inglés, sino que se ha especializado en los aspectos de la realidad importantes para que la tribu se adapte al entorno: reforzar la cooperación y sobrevivir.

-Si sólo hablas una lengua, ¿te pierdes otros modos de ver el mundo?

-Desde luego, pierdes oportunidad de ver más allá del tuyo, pero aun así puedes, sin saber otra lengua, trascender el marco mental que te impone la tuya propia

James Hurford, experto en el origen del lenguaje humano; catedrático de Lingüística
Extracto de una entrevista en La Vanguardia.

1 comentario:

  1. Karina, siempre he creído que se equivocan en demasía los científicos, cuando manifiestan la inexistencia de formas de vida en otros cuerpos celestes, basándose en la ausencia en estos, de elementos atmosféricos y de suelo similares a los nuestros. Es, desde mi punto de vista, una concepción obtusa de la vida, una demostración de limitación mental. La vida de organismos extraterrestres, no tiene porqué necesitar las mismas condiciones que la de los organismos terrestres para su existencia....Y la forma humaniode que usan para representarlos es otro dislate.

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